Ya casi poco a poco se restableció empezó a caminar hacia su pueblo River, cuando de pronto las aves empezaron a cantar, las mariposas empezaron a revolotear, y se veía un refrescante y bello amanecer, la luz del sol empezó a reflejarse sobre todo el paisaje y lucio su brillar maravilloso sobre Marcus, continuó con su camino dejando atrás ese bello, pero a la vez macabro lugar y de pronto en el horizonte empezó a divisar su bello pueblo, ya se encontraba un poco más tranquilo, pero a su vez su corazón estaba muy triste, recordando a su amada Rebeca. Continuo con su caminata, y llegó a la pista de las afueras del pueblo, continúo caminando, y llegó a ver las casas y las calles, los carros empezaron a pasar, y Marcus de pronto paro un taxi, se subió y le dijo a chófer:
—Por favor llévame, a esta dirección, Jr. Lima 123. —Su mirada era un poco sombría—. ¡Te ubicas cierto!.
El chófer, se le quedó mirando un poco extrañado, ya que Marcus tenía su ropa toda sucia, sus zapatos estaban manchados, y sobre su camisa habían manchas de sangre, su rostro estaba muy sucio, y se le veía muy fatigado, su mirada era muy melancólica, estaba como adormecido, Marcus no se había percatado de su apariencia, cuando de pronto sin darse cuenta se miró en el reflejo del espejo y se quedó perplejo al verse a sí mismo, como estaba vestido y tan descuidado, pero el chófer tuvo compasión de él y le dijo:
—Se te ve mal amigo, pero yo no soy quién para juzgarte, súbete, ¡si! conozco esa dirección te llevaré a tu casa. —El chófer fue muy empático, y le brindó su apoyo moral—. Toma asiento, y acomódate.
—Muchas, gracias eres amable —respondió Marcus.
Marcus subió al carro, y se sentó, se abrocho el cinturón, y su mirada la desvío a un costado, y miró a través de la luna la imagen de Rebeca, y se puso muy triste. El chófer se percató del sufrimiento de Marcus, encendió el carro y empezó a manejar rumbo a la dirección, Marcus continuaba con la mirada ida, y melancólica, y el taxista le preguntó:
—Amigo, disculpa ¿te encuentras bien?.
—Ahora sí, un poco mejor de lo que me encontraba.
—Tu apariencia lo dice todo, estas hecho un pordiosero, pero me doy cuenta que no lo eres, se te ve que eres letrado, ¿qué te ha ocurrido para poder estar en esta situación tan deprimente?.
—De antemano te doy las gracias por no juzgar mi apariencia, y hacerme subir a tu taxi, la verdad que he atravesado momentos muy tristes y traumáticos en mi vida últimamente, he vivido cosas que no sé lo deseo a nadie.
—Si ya me imagino, por la forma como luces, pero tranquilo en esta vida todo tiene solución, menos la muerte, tenemos que tener fe en que todo en nuestro entorno estará bien. —Le dijo el taxista con empatía nuevamente.
—Claro que sí, tienes razón, pero lamentablemente a algunos nos tocan la cosas difíciles, pensamos que todo está bien pero lamentablemente, las circunstancias de la vida se pone en nuestra contra, y no podemos a veces luchar contra la corriente o es muy difícil. —Marcus estaba en una situación triste, y lo demostraba a través de su mirada que era sombría, taciturna y melancólica.
—Es cierto, que a veces nos toca situaciones muy difíciles y tristes en la vida, pero no debemos desfallecer ponernos deprimentes hasta el borde de la desesperación, tenemos que tener calma, debemos pensar bien las cosas, sea lo que sea que estés atravesando ten fe que todo pasara, y que todo se arreglara. —Dio un respiro fuerte, tomo aire y continuó el chófer—. Te digo algo amigo, tranquilo, cálmate, relájate y piensa bien las cosas, tengo la convicción que en tu vida todo mejorará para bien, te deseo lo mejor.
Marcus escuchaba al taxista, atentamente, y en el fondo de su ser pensaba que tenía razón, que la encontraría a su amada Rebeca y que todo mejoraría, y que al fin tendría la paz y la felicidad que tanto ansiaba y añoraba en su vida. Ambos se quedaron callados por un momento ya faltaba poco para llegar a la casa de Marcus, había un semáforo, se detuvo el carro por un momento, luego cambió de color y continuo con el recorrido, iba avanzando el coche, y Marcus vio como casi a una cuadra a una chica de cabello largo negro azabache que estaba parada en la vereda y estaba de espalda, no podía ver su rostro, se quedó pasmado, sin poder hablar mirándola, cuando de pronto vino un hombre corriendo raudamente, y este le quito la bolsa cruzó la pista y se fue corriendo, la chica en su desesperación, fue tras el hombre, el taxista no se había percatado del robo, ni mucho menos de la chica, y esta cuando quiso atravesar la pista tampoco se percató del carro, y Marcus dio un grito:
—¡Frena!, por favor, hay una chica delante.
El taxista en su afán, de no atropellarla, freno en seco y giro el timón, con fuerza y choco contra el poste que estaba allí, menos mal que no había nadie, toda la gente que estaba allí corrieron a socorrerlos, la chica también corrió a verlos, se acercó a la puerta y la abrió con fuerza, para fortuna de ambos resultaron ilesos, y Marcus la vio bien a la chica y no era Rebeca.
—Gracias Srta. Por su preocupación. —Dijo Marcus a la joven, pero por dentro más le dolió que no se tratara de Rebeca, él se estaba imaginando que si era, pero su decepción al percatarse que no era ella fue grande.
—Me alegra que estén bien ambos, ahora eso es lo más importante, disculpen mi torpeza, me dejé llevar por el robo que me hicieron, no debí correr, lo siento.
»Pero me causó tanta indignación que fui tras del ladrón, mi imprudencia pudo costarme la vida y la de ustedes, lo siento, ahora es preciso que me valla, tengo que hacer una denuncia en la comisaría, ya que me robaron mis pertenencias, que les vaya muy bien hasta luego señores.La joven se puso de pie, y se fue a toda prisa de aquella escena.
El taxista también estaba ileso, solo con pequeños golpes.
—Bueno amigo, hasta aquí pude traerte, estamos cerca de tu casa, ya puedes irte, necesitas descansar más que yo, no te preocupes por mí, yo en estos instantes estoy llamando a la grúa y al seguro ellos se ocuparán de todo, y recuerda todo estará bien. —Le dijo el taxista, puesto era buena gente.
—Debo agradecerte por traerme hasta aquí, no sólo fuiste mi taxista, si no también mi psicólogo, y mi gran amigo, gracias por tus consejos, pero lamento lo último.
—No te preocupes ya debes irte, yo me ocupare de todo.
Ambos desconocidos en un principio, se despidieron con un fuerte apretón de manos, como grandes amigos. Marcus se fue caminando, un poco conmocionado por lo ocurrido, camino una cuadra y ya estaba en su casa, tocó en intercomunicador y nadie le abría la puerta, y recordó que todos se fueron de viaje, el reviso su bolsillo y no encontró la llave.
—¡Carajo! seguramente se me callo, en algún momento de mis alucinaciones.
Marcus estaba un poco ofuscado, y no sabía cómo entrar a su casa, y recordó que tenía una copia de la llave, en el hueco del árbol que estaba junto a su casa, fue enseguida, busco la llave y la encontró, se alegró y regreso a la puerta de su casa y la abrió.
Entro a su casa y cerró la puerta camino cruzo la vereda del costado de la piscina, entró a la sala y se hecho en el sofá empezó a agarrarse el cabello y empezó a masajearse suavemente, pensando en todo lo que había vivido últimamente, abría y cerraba los ojos, y miraba al techo, se agarraba la barbilla, y se decía a sí mismo:
—¡Por qué¡, soy yo, el que está atravesando estas penurias. —Marcus pensaba y respiraba fuertemente.
Marcus estiró sus brazos y empezó a sacarse su camisa que estaba muy sucia, luego continuó y se sacó el polo y comenzó a dejar descubrir su bello cuerpo, sobresalía su pecho bronceado lleno de bellos, sus hombros eran tan varoniles, ya que eran muy gruesos y duro típico de un hombre atlético y bello, luego se sacó los zapatos y lo tiro con furia contra la pared, como si de esa manera lograría desahogarse de sus penas inhalo y exhalo. Después cogió su cinturón y se lo quitó de un tirón, y lo arrojó contra el piso. Cogió el broche del pantalón lo abrió y se bajó el cierre y se lo quitó. ¡OH! que espectáculo, quedó únicamente en bóxer mostrando sus piernas tan gruesas, velludas, duras y super sexis, con unas pompas bien contorneadas, y ni que decir de la parte delantera, era realmente bello, después cogió el bóxer y se lo quitó, quedando completamente desnudo, abrió el yacusi, lleno de agua tibia y se hecho suavemente, se sirvió un trago muy fuerte y se lo fue tomando poco a poco, para poder olvidar un poco el dolor que sentía.Continúa el capítulo 20...

KAMU SEDANG MEMBACA
REBECA, Amor, Tristeza Y Triunfo
AcakErase una vez la historia de una niña, convirtiéndose en mujer llamada Rebeca la cual tuvo que pasar momentos felices, tristes, trágicos, infelices, mágicos y de mucho amor. El amor es algo muy fundamental en esta historia ya que sin el todo se torn...