Parte 1

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Fue una tarde donde conocí a Laura Cardona, en su mirada pude ver inseguridad, más que miedos, una linda sonrisa y anteojos que hacían su rostro aún más perfecto. Fue así como lo que dicen “amor a primera vista” y quise tener un tipo de acercamiento, sin siquiera saber si tenía los mismos gustos que yo. Supe su nombre por su prima, Maggie. Me ayudo a tener acercamiento con Laura, fui su amiga y acostumbrámos salir muy seguido era divertido.
Después de un tiempo supe o bueno, “suponía” que sentía la misma atracción que yo, me atreví a decirle cada razón por las que tenía tal sentimiento y fue ahí cuando me besó, algo que no esperaba, fue un poco raro, aunque no era mi primer beso con una chica… Sentí una conexión que no había sentido con nadie más en todas mis anteriores experiencias.
Empezamos a salir como pareja, era lindo. Confiaba en ella plenamente y le confié básicamente mis secretos más oscuros, de los nadie había tenido conocimiento nunca… y creía que ella a mí.
Pero como todo, no era color de rosas, las cosas se empezaron a complicar. La familia de Laura empezó a sospechar y se enteraron de aquella atracción que teníamos, intentaron separarla de mí, pero aun así, Laura se escapaba para vernos. Todos estaban en contra de nuestro “romance” y durante un tiempo, no pudimos hacer nada al respecto. Estuvimos dos largos, eternos meses sin ningún tipo de comunicación, sin vernos, pero eso no  fue lo peor. Durante esos dos meses, Laura tuvo un novio para dar a demostrar a sus padres que yo solo era una experiencia, un experimento. Después de que me enteré de eso, hablamos por redes sociales y le perdoné. Al final de todo, la entendía, no es fácil aceptarse así mismo.
Y fue cuando me porté como una idiota, y fui infiel un par de veces, y aun así se quedaba conmigo, tratando de entenderme.

Lo nuestro fue muy toxico, fue infidelidad por dónde se viese, aunque sabíamos lo mucho que nos queríamos nos hacíamos daño. A veces el amor es muy dañino y sin darnos cuenta, nos lastimámos mutuamente.
El aparente final de nuestra historia, fue fatal, y no fue fácil ni para ella ni para mí, pero siempre estuve constante, preguntando como estaba o como iban las cosas, nunca dejé de amarla…

Pasó el tiempo, dejó de responderme los mensajes y me elimino de todas sus redes sociales. No tuve comunicación con ella, y aquellos meses que pasaron sin saber de mi antiguo amor se sentían como la mierda, no tenía tal conexión con nadie como lo era con ella.

Fueron tan solo unos meses para enterarme que ya tenía pareja, y se encargó de que las personas los vieran juntos. No había cosa que me matase más, y solo me daba cuenta que la mayor parte de mi vida en ese momento estaba llena de dolor. Los recuerdos que quedan en tu mente, los malos y buenos momentos sentía que se devolvían como un boomerang y es aterrador, no me gusta recordarlo pero tampoco quiero olvidar cada detalle de la relación que teníamos.

Perdí el poco de confianza que tenía en mí misma y como todo adolescente destruido, empecé a usar las drogas como un medio para olvidar lo que sentía y poder deshacerme de tal sentimiento que todavía vivía hacia ella. Supongo que era un poco estúpido, pero funcionaba.


Nueve o diez meses después supuse que la había sacado de mi vida, que la había olvidado y conocí a una chica… Ella era especial conmigo, me entendía, hablé con ella sobre Laura, todo lo que había pasado y no le importó nada, quería formar parte de mi vida y pensé que tenía que darme la oportunidad de conocer más personas.
En muy poco tiempo me encariñe mucho de Sofía Torres, hermoso nombre ¿verdad?, Fue Sofía quien me pidió formalizar nuestro amor y ser su pareja, la notaba nerviosa y aunque yo no estaba segura de qué responder, dije que sí con un tono inseguro pero quería intentarlo, quería volver a amar.
Un poco antes de su propuesta de noviazgo su hermana me había confesado que Sofía se iría del país para terminar sus estudios, discutimos un par de veces el no habérmelo dicho pero, aun así, me quedé a su lado con alguna esperanza estúpida de que en algún momento… ella iba a volver.
No parábamos de hablar y nos quedábamos madrugadas hablando incansablemente, de temas absurdos pero para nosotras, era especial. Nos teníamos confianza una a la otra y la sentía cerca… Como si no estuviera al otro lado del mundo.
He hecho cosas estúpidas de las que ahora me arrepiento, errores que han herido a personas especiales que no lo merecían, y Sofía fue una de las personas que herí sin pensar en que consecuencias traería. Me dejé llevar de momentos por personas de mí alrededor, lo que me condujo a serle infiel. Ella no merecía eso, había sido demasiado buena conmigo y la razón de todo resultó ser qué aún no me sacaba de la mente a Laura. Aparecía de la nada, teníamos comunicación de nuevo, después haber terminado con su pareja, sabía que solo me buscaba cuando se sentía sola, pero no quería aceptarlo, quería hacerme la idea de que me quería o algo así.
Después de terminar la relación con Sofía, no fue fácil dejar la costumbre de hablar, de contarle mis cosas así que le hablaba con excusas tontas, aunque siempre notara un rechazo constante. Una de las cosas por las que me gustó Sofía es que ella es decidida, y muy correcta aun que la haga pedazos. Como no quería saber nada de mi existencia, era cortante o solo dejaba de contestar. Ella solo me decía que debía dejar el pasado atrás, olvidarme de aquella persona y madurar y sí, tenía razón en eso, ¿Cómo voy amar a alguien más cuando aún tengo a Laura en la cabeza?
Sofía es el tipo de mujer que creo que tendrá siempre la razón cuando regaña o advierte y dirá al final “Te lo dije.”

Sofía se preocupaba por mí, siempre lo hizo… Nunca lo noté hasta que se hizo presente su ausencia, pero lo que nunca supe, es que Sofía no me dejó de querer, ella sólo necesitaba sanar.
No quise tener pareja después de terminar con Sofía, me quede sola por mucho tiempo, sólo quería sanarme y poder ser quien Sofía siempre había anhelado ver después de algunos años, y tal vez, intentar salvar aquello que dejamos en pausa.


Laura había salido de mí, sin tener a alguien haciéndome compañía, solo se esfumó, deje de pensarla y hablar de ella pero aún no estaba preparada para contactar a Sofía de nuevo, tenía miedo de que llegara a mis oídos de alguna relación que tuviera, y ya no sirviera de nada.
Mientras yo trataba de sacarme a Laura de la cabeza, otro conquistaría a Sofía haciendo que se olvidase de mí y nada valiera la pena…


Me hubiese gustado que todo hubiera sido diferente, pero, por otro lado, también es bueno equivocarse y cometer errores porque de no ser así, estuviera hiriendo a una persona más sin razón alguna…
Crecer, sanar de malas experiencias y amarte a tí mismo es lo primordial para tener la dicha de amar y ser amado.

SANAR PARA AMAR Where stories live. Discover now