Capítulo 18.

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La puta madre.


Es lo único que podía pensar en toda la mañana desde que me desperté, me duele la cabeza, mi nariz esta inflamada de tantos mocos y de seguro que esta roja e hinchada, mi cara se ve pálida y me muero de frío aunque sé que estamos a las de 20° y hay un sol deslumbrante afuera. Lleve mucho papel higiénico para sonarme los mocos que se me caían a cada rato y no podía respirar bien. En el bus la gente le miraba mal debido a eso y con miedo a que contagies. Mis ojos ardían por los lentes de contacto y lo primero que haría cuando llegue al trabajo será ponerme mis anteojos porque en serio no lo soporto.

Baje del bus en la misma parada de siempre para comprar el café y el muffin de Harry, en esta ocasión no me compre nada porque no tenía hambre, ni siquiera había desayunado y el olor a café me estaba dando nauseas. Quince minutos después ya estaba en la oficina, no había casi nadie, solo estaba trabajando la gente que se había atrasado o los que siempre se quedaban para adelantar algo de trabajo y que Harry le pague más. Deje su café y su muffin en su escritorio y fui de frente al baño para quitarme los lentes de contacto, me puse mis lentes normales que siempre me pongo cuando estoy sola en mi casa pero que casi nadie o mejor dicho, nadie me ha visto usarlos. No es que me veo mal es solo que me recuerda a mi pasado oscuro donde todos me trataban mal por eso. Mi rostro se veía horrible en el reflejo del espejo, mi nariz estaba muy roja al igual que mis ojos, mi cabello se veía sin brillo y mi rostro triste. No sé si es porque todavía tengo el recuerdo de lo que paso ayer o porque estoy enferma.

Suspiro al pensar lo que pasó ayer, no me gusta considerar el hecho de que me gusta Harry pero es así y tengo que afrontar la verdad, no puedo decir la palabra que empieza con E porque eso ya sería muy fuerte y yo no creo que haya llegado a ese momento. Ayer no fue uno de mis mejores días, me dolió mucho lo que vi y trato de eliminarlo de mi mente. He practicado cientos de veces frente al espejo como debe ser mi expresión cuando vea a Harry junto a Ángela, no dejaré que mis tontas emociones se interpongan entre mi trabajo. Me preparé emocional y físicamente para salir de baño y afrontar a mi jefe en su oficina como siempre lo he hecho pero al momento de llegar, esta estaba cerrada, sabía que él estaba ahí, escuchaba su voz grave, debe de estar hablando por teléfono. Trate de no sentirme mal, más bien, me sentía aliviada de que no tenga que verlo hasta que él me llame para que haga algo, solo espero que no piense que yo quiera alguna explicación de parte de él, no lo necesito, yo estoy bien así.

Había dejado los libros sin editar en mis cajones de mi escritorio, así no tenía que evitar una incómoda conversación con Harry pero no podía trabajar así, tenía mucho frío y de mi nariz no paraban de caerme mocos. Tenía una caja entera de puros pañuelos y un tacho lleno de lo desechable. Mis manos estaban temblando de todo el frío que tenía, no podía seguir así pero no quería atrasarme en mi trabajo y tampoco quiero que Harry piense que solo es una excusa para no trabajar. Tengo mucho sueño, así que solo pienso recostarme un rato para tener un poco de energías, además todavía eran las nueve de la mañana, cinco minutos no harán daño a nadie.



•••



Un ruido muy fuerte me hizo despertar, abrí mis ojos y ahora me dolía mucho la espalda por la forma en como me recosté y estaba dormida. Vi la hora y eran las once de la mañana. Mierda. Aclare mi garganta y agarre el teléfono.


—Rose ¿Por qué no contestabas el teléfono?— Ni siquiera me dejo contestar y siguió hablando —Ven rápido a mi oficina, necesito que apuntes algunas cosas en mi oficina.

The Proposal. {h.s}Where stories live. Discover now