VIRUS LETAL

capítulo 18.

(Esta historia es solo una adaptación, la autora es @AllysonDeVil)

Muchos pensarían que no se notaría demasiado la muerte de Cyrus el día dieciocho. Ya saben, durante toda su estadía no dijo ni una sola palabra.

Pero se sentía, y dolía como la mierda.

No dormí esa noche. Billie y yo solo fuimos a nuestra habitación, pues Danielle dijo que quería estar a solas con el cuerpo de Noah, el cual los hombres de blanco no habían logrado llevarse el día anterior debido a las protestas de mi mejor amiga.

Me abracé a mi esposa cuando escuché un grito proveniente del salón.

-¡No!.--gritaba Danielle con desesperación.--¡No pueden llevársela! ¡Ella es mía! ¡No pueden llevarse lo único que tengo!.--lloraba.

Pero creo que los hombres de blanco no la escuchaban, pues sus gritos continuaban y ellos no decían nada para intentar calmarla.

-¡No!.--seguía llorando.--¡No se la lleven aun!.--suplicaba.

Me abracé a Billie cuando la escuché. Sonaba tan rota.

Me pregunté a mi misma si yo me escucharía igual cuando Billie me dejara.

-¡Por favor!.--en esos momentos solo quería ir hasta allí y abrazarla, pero tenía miedo.

Ella probablemente estaba enojada conmigo, pues me había negado a escucharla el día anterior.

La había dejado de lado cuando ella estaba perdiendo al amor de su vida.

Fue entonces cuando Billie se levantó de la cama y caminó hacia el exterior. No me dijo lo que iba a hacer, pero lo intuí.

Fui detrás de ella, y no estaba preparada para ver aquello.

Dos hombres de blanco se encontraban frente a la puerta de la habitación vacía, y Danielle estaba frente a ellos con lágrimas resbalando por sus ojos, impidiéndoles la entrada.

-Por favor, no...--la escuché suplicar.

Su voz temblaba, y las lágrimas no se detenían. Siempre la había considerado una persona fuerte debido a sus constantes bromas, su gran tamaño y su sonrisa casi imborrable, pero en ese momento la vi tan frágil que temí que pudiera comenzar a destruirse en cualquier momento.

-Danielle, basta...--escuché decir a mi esposa, que lentamente se le acercaba.

Mi mejor amiga se negó con lágrimas en los ojos.

-Billie. Quieren llevársela... No pueden, Billie. No pueden.--se notaba tan desesperada.

Mi esposa solo asintió. Tenía los ojos llenos de lágrimas que se negaba a soltar, y con un par de movimientos sujetó el cuerpo de Danielle y la alejó de la puerta, permitiendo que los hombres de blanco entraran a la habitación vacía.

-¡No!.--gritó mi amiga con fuerzas. Mis oídos dolieron con solo escucharla.--¡Suéltame, Billie! ¡No dejes que se la lleven! ¡No puedes permitir que me la quiten! ¡Por favor!

-¡Ella está muerta, Danielle!.--exclamó Billie, y su dolor fue el mío.

Danielle se relajó entre sus brazos con estas palabras y lentamente se giró para mirar a mi esposa fijamente a los ojos.

Antes de que pudiera darme cuenta de lo que estaba sucediendo, Danielle la abofeteó.

-¡No!.--creo que dije en cuanto vi esto. No iba a permitir que nadie la hiriera de tal forma, ni siquiera Danielle.--Sé que te duele, pero no por eso tienes derecho a golpearla, Danielle Bregoli.