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Era otro viernes por la noche, Ben iría nuevamente al teatro para disfrutar del pequeño acto "Where the Stars Falls", pero especialmente para observar a la violinista la cual consideraba su musa.

Llevaba ya varias semanas yendo a verla y cada vez sentía más fuerte latir su corazón cuando sus ojos encontraban a la hermosa violinista.

Amelia, la violinista decisiete años, había conmovido a los habitantes de un pequeño pueblo en Suecia. La joven había practicado violín desde los cinco años. Aprendía con su abuela día y noche.

Amelia venía de una familia humilde. Su madre había abandonado a la familia cuando ella tenía 7. Era hija única, por lo tanto su padre y abuela la cuidaban con son su vida.

En el teatro, Ben ya estaba esperando ansiosamente en la primera fila. Sentía sus manos sudar.

Hoy hablaría con Amelia.

Amelia estaba lista para salir al escenario. Hoy en el público se encontraría una persona muy importante.

Un caza talentos de Estados Unidos. Su mejor amiga, Samara, le entregó su arco y le arregló un mechón de cabello detrás de su oreja. Y le dijo;

Los dejarás atónitos. Rómpeles los tímpanos.

A pesar de sus nervios, Amelia soltó una carcajada.

Con paso lento, Amelia caminó hasta la silla a mitad del escenario. Sintiendo cada paso, escuchando a la gente aplaudir, respirando lentamente.

Ben estaba anonado por la belleza de la chica. Su corazón palpitaba más y más rápido cuando ella tocaba el instrumento. Era algo fascinante, algo que nunca antes le había pasado.

Sin darse cuenta, el acto ya había terminado. Algo que siempre dejaba desconcertado a Ben, pues él quería seguir contemplando a la chica de cabellos negros.

Ben tenía miedo de hablar con ella, no sabía cómo podría reaccionar. Podría pensar que él era un tonto enamorado, un acosador, o peor aún; un simple admirador. Él no permitiría que eso pasara, él nunca querría que Amelia lo viera de esa forma.

Sus ganas de hablarle fueron poco a poco desvaneciendo, pero aún así, fue a la salida a esperar a Amelia, por lo menos para poder tenerla más cerca.

A los pocos minutos la violinista salió del teatro con un suéter negro y una bufanda verde al rededor de su cuello. Acompañada de ella iba Samara. Las dos chicas reían y se veían bastante emocionadas.

Algo en Ben trataba de llevarlo más cerca a ella. Pero su cuerpo se negó a obedecer y se quedó en la esquina observando disimuladamente.

Las risas fueron interrumpidas por un timbre de un celular. Era el de Amelia.

Sus facciones se oscurecieron y sus ojos se tornaban rojos.

Soltó el celular y salió corriendo junto a su amiga.

Ben las siguió.

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violinist ☪ l.hWhere stories live. Discover now