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Joaquín se quedó dormido mientras iban camino al lugar de la sorpresa, su respiración era calmada, sus pestañas tocaban sus pómulos y su pecho subía y bajaba.

Para su suerte cuando llegaron todas las luces estaban prendidas, Diego y Jin se habían encargado de regar nuevamente las flores, su carro aún seguía ahí. Que bueno que Joaquín estaba dormido, llegó hasta el columpio que había colocado frente a la laguna, en este reposaba ‘la chula', su nueva guitarra.

Diego bajo la Laptop y la bocina de su carro para dejarlos cerca de la mesita de centro que estaba en el quiosco.

—Todo está como lo pediste, Emilio— le dijo Diego.

—Muchas gracias, Diego, sin tu ayuda no hubiera podido lograrlo.— Emilio abrazo a Diego.

—¿Nervioso?— pregunto el chico sobando los hombros de Emilio.

—Algo— respondió.

—Tranquilo, ¿Si?, No eches todo a perder, porque si lo haces yo mismo me encargaré de patearte y dejarte esteril— amenazó el chico.—¿Dónde está el?— preguntó.

—En el carro, dormido— sonrió.

—Muy bien, las botanas están en el almacén, las bebidas están en el pequeño refrigerador de allá— señaló en dónde se encontraba aquel objetó —Tiene ‘V’ de vuelta Marcos— amenazó.—Las flores están recién regadas, tu guitarra está en el columpio, las luces LED solo se encienden con el pequeño control que está en la mesa junto a la laptop, el conector más cerca está justo a un lado de los Puffs  y tu cargador está en mi carro— dijo de manera rápida,  Diego se dirigió a su carro con Emilio siguiéndolo—Aqui tienes— le dió el cargador.—Muy bien, ahora me voy antes de que tu bello durmiente despierte— se subió al carro y bajo la ventana—Emilio, suerte.— subió la ventana y el coche arrancó.

Emilio fue al quiosco por el control de las luces y regreso al carro, abrió la cajuela y saco la manta con mucho cuidado de no tirar el oso de peluche que Joaquín ganó, cerró la cajuela del carro después de dejar todo como estaba, con la manta en mano camino hasta los puffs y dejo la manta sobre uno de ello.

Era hora de despertar al dormilón que se encontraba en su carro.

Abrió la puerta del carro y comenzó a hablarle a Joaquín con la voz suave para no asustarlo.

—Lindo, Ya estamos aquí, vamos despierta— Joaquín frunció el entrecejo con los ojos aún cerrados.

—No jodas deja dormír— muy bien, nuca espero escuchar eso de Joaquín, río burlón.

—Dijiste, ¿No jodas?— el chico abrió los ojos de sobremanera, sus ojos estaban inchados al igual que sus mejillas, su cabello estaba desordenado y sus lentes reposaban en el puente de su nariz.

—¡Perdón!, ¡Yo no quise decir eso!, ¡Perdón!— dijo rápidamente.

Emilio río.

—Ven lindo baja— Emilio se hizo a un lado y dejo a Joaquín salir del carro, el chico acomodó su cabello y empujó sus lentes al puente de su nariz.

Emilio le tapo los ojos a Joaquín impidiendo que viera algo.

—Emilio, si me quitas los lentes sería más efectivo, no veo una mierda ya que me quite los lentes de contacto— Joaquín habló sonriendo.

Emilio le quitó los lentes y los puso en la bolsa de su chaqueta y le puso una venda en los ojos.

Tomo la mano de Joaquín y lo dirigió hasta el cancel.

—¿Estás listo?— pregunto Emilio a Bondoni.

—No, pero ya estamos aqui— contesto.

—Okay, a la cuenta de tres te quitaré la venda— Joaquín asintió con la cabeza.

Emilio ¡Soy tu fan!  (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora