II

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— caramba, esto es la boca del lobo — exclamó Rapha cuidando de no tropezar.

— esto es extraño ¿a dónde se fueron?

— concuerdo con Leo, tal vez sí tenían una salida de escape oculta — agregó Donatello.

Caminaron con precaución y sólo podía escucharse sus respiraciones, podría haber una trampa oculta en cualquier parte y lo menos que querían era que se activara. Iba uno detrás de otro, siendo encabezados por el mayor de ojos azules cuando de pronto paró en seco haciendo que los otros dos tropezaran y chocaran con él en cadena.

— ¿ahora qué? — Rapha masculló con molestia.

— miren eso — Leo señaló alzando apenas uno de sus dedos hacia el frente.

Los de bandana roja y morada se asomaron por cada hombro del mayor, quedando igual de sorprendidos que su hermano.

Avanzaron en pequeños pasos rodeando la gran máquina alienígena, no sólo su tamaño los asombró, sino también su propia singular y compleja construcción. No era algo que anteriormente hubieran visto. O siquiera imaginado.

Donnie intentaba descifrar qué podría ser o hacer, sin embargo la estructura no dejaba mucho para la imaginación; cualquier cosa era posible.

— ¿será una bomba? — Leo se atrevió a preguntar, aunque con una pizca de miedo temiendo poder tener razón.

— no lo creo — Donnie seguía sin quitar su mirada del artefacto. — si quisieran destruir la ciudad la hubiesen dejado caer simplemente de un portal, esto es algo más... — pegó un costado de su cabeza intentando escuchar algo detrás del armazón metálico, pero nada parecía estar trabajando. — parece que está apagada, tenemos que buscar un interruptor para encenderla. — se separó mirando al par a su lado.

— ¡¿qué?! ¿estás loco, cierto? — Raphael dio un salto hacia atrás sin poder creerlo. — ¡no encenderemos nada de basura alienígena!

— esto hace algo, y vamos a averiguarlo. — decidido, comenzó a buscar con insistencia el panel de control.

— Donnie no lo hagas--

¡bingo!

El inteligente había logrado encender el interruptor que seguramente daría energía a la máquina, mientras que él llevaba una sonrisa en su rostro los otros dos no hicieron más que ponerse detrás de él utilizándolo como escudo ante cualquier cosa que pudiera pasar. Unas luces iluminaron toda la habitación, corriendo desde el suelo hasta el techo, hizo una serie de extraños sonidos cuando de pronto se apagó dejando todo el ambiente tal cual y antes lo estaba.

— ¿qué? — anonadado, Donatello corrió a los controles y revisar qué estaba mal.

— uff, menos mal, estaba defectuosa.

— bien, regresemos ahora a la alcantarilla.

Apenas el par mayor dio un paso alejándose del aparato un fuerte sonido proveniente del mismo se escuchó haciéndolos detener en seco, miraron a Donnie en busca de respuestas.

— ese sí no fui yo. — contestó igual con ojos bien abiertos.

Los tres caminaron a dónde el ruido había provenido, percatándose así que sus pies comenzaban a envolverse en una densa nube de humo frío.

Rodeando casi la mitad de la máquina se encontraron la compuerta de la que provenía semi abierta. Eso explicaría el ruido de hace unos segundos. Donnie tomó su bo y con la punta del mismo empujó la pieza de metal suelta dejando libre el paso hacia su interior. Sin dudarlo los tres se asomaron quedando tiesos ante lo frío que dentro estaba, parecía un congelador.

— hay algo aquí adentro, ayudenme a sacarlo — Donnie dejó su arma recargada y se inclinó hacia el oscuro vacío.

Mientras que Leo sujetaba al alto de su cinto para que no cayera, Raphael vigilaba a su alrededor por si algo se acercara. Pronto se volvió a escuchar la voz del menor esta vez en eco.

— ¡jalenme! ¡ya lo tengo!

Leonardo actuó rápido, sin embargo ahora hubo otro problema; lo que fuera que Donnie había tomado era lo suficientemente grande (y pesado) como para ahora impedirle la salida.

— ¿qué se supone que has encontrado?

— No lo van a creer... ¡rápido! ¡está respirando!

Horrorizados ante lo que sea que su hermano atrapó no quedó más que ambos hermanos mayores lo ayudaran en conjunto.

— ¡¿eso es un brazo?!

— ¡sólo jalalo!

Donnie perdió el equilibrio cayendo hacia atrás llevándose a sus hermanos consigo al suelo y lo descubrimiento encima de ellos.

— ¡está helado! ¡¿que rayos es eso?!

— ¡no veo nada!

— ¡es un mutante!

Los tres pronto se quedaron callados.

— ¿dices un mutante? ¿vivo?

— no seas incrédulo, intrépido líder.

— ¡quitenseme de encima y salgamos de aquí!

¡aleluya!

— ¡guarden silencio!

La piel de aquel ser estaba helada, inclusive podrían decir que estaba congelada cada vez que pasaban sus manos sobre de ella y estas quedaban húmedas. Raphael y Donatello lo cargaron mientras que Leonardo iba por enfrente de ellos con una de sus katanas en la mano. Apenas estuvieron cerca de la salida del edificio, la tenue luz que venía de afuera los iluminó, y con ello a su acompañante también.

Ahora estaban sorprendidos. No, sorprendidos no era la palabra correcta, sino asombrados, estupefactos.

— E-- es-- — el de bandana roja titubeo con sus ojos bien abiertos mirando entre sus brazos.

¡es otra tortuga! — Donnie completó. Leonardo giró y sin creerlo lo miró. No podía ser.

No sólo era un mutante, sino una vil y fiel copia de ellos. Una tortuga mutante hecha a su completa imagen.

Vivir para Soñar | TMNT Au.Where stories live. Discover now