Difuminada

Confío en ti

Confío en ti, en tus culpas, en todo y hasta en tu indiferencia

no en mí, porque no me conozco y solo sé cruzar velos de muerte

cementerios y valles oscuros con precipicios latentes

heridas en mis carnes ya abiertas por el dolor

tan abastecidas de penas.

Estoy resquebrajada, con mil años en mis espaldas y con mi entraña retorcida

pero confío en ti, en tus iracundas culpas y hasta en la maldad de tus azotes

no en mí, porque vivo deseosa de saber y saberme existente

vagando y odiándome a mí misma, cansada de caminar

enloquecida como león hambriento

como leona que cuida de sus crías

y llegado un momento las despedaza entre sus dientes.

Eres intachable, te escondes y finges bien, y yo Et sperent in te 

Yo siempre confío en ti, siempre en ti, tan solo en ti, y nunca en mí

porque es así, porque no lo puedo explicar,

porque a mis años nada sé, ni nada podré saber, aunque me retuerza

aunque gima fuerte para que me escuche el relojero del cielo

si es que está, si es que quiere oírme...

si es que se anima a confiar en mí.