4: Deseos mutuos

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Isabella

Viernes, el mejor día de la semana. Para algunos día de playa, para otros de fiesta, unos son de trabajo, otros de cuidar niños; pero yo tengo que hacer todo lo que un estúpido policía me diga. ¡Qué gran día! Solo quiero pasar mi día libre en paz, pero al parecer es mucho pedir. Antes de conocer este policía iba a una discoteca con Alejandra, o me quedaba viendo películas románticas hasta altas horas de la noche pero hoy no. Hoy James me va a llevar de paseo a quien sabe dónde.

Me dijo que iremos a la quinta avenida a ver las tiendas y tal vez comprarnos unas cosas, bueno, el comprar y yo robar. Primero iremos a un Starbucks para tomarnos nuestro café diario y conversar un poco. Obviamente ayer quedaron muchas cosas que explicar y muchas de ellas se las llevó el aire consigo. Dudas y preguntas todavía están ahí, solo están y listo. Pero la manera en como reaccionamos a la situación nos hizo entender a cada uno que no hemos tenido una vida fácil y que la mayoría de las cosas que hemos hecho tiene una explicación razonable. No dijimos razones pero en la vida te das cuenta de que no te tienen que decir nada, tu corazón te lo dice y su forma de ser no es como la de otros. Acordamos que mejor era no decir nada por ahora y que esperemos un tiempo.

Por raro que parezca tengo unas ganas intensas de abrazarlo y consolarlo en todo. No me tendría que explicar nada ya que a veces las palabras quedan atoradas y que las expresiones de cada uno demuestran todo. Uno solo tiene que ver fijamente a alguien a los ojos para entender sus sentimientos.

Anoche soñé con mis padres, en el sueño ellos me decían que poco a poco me iría convirtiendo en ellos, cosa que no quiero. Odio las personas con quien crecí, por algo hui de casa a los 10 años, y creo que si siguiera ahí si tomaría sus pasos, gracias a Dios que me escapé a tiempo. Esa pesadilla fue la que me despertó temprano. Son las 5:50 am y teníamos que salir a las 12, desgraciadamente soy de esas personas que les cuesta hasta una hora conciliar el sueño.

Como no pienso esperar una hora para dormirme de nuevo y despertar dos horas después decido ducharme con agua caliente. Tengo regadera pero prefiero una tina, da igual, así me tardo menos. Mientras me baño pienso en James y sin darme cuenta me imaginaba como serían sus besos, sus caricias. Reacciono cuando me acuerdo que estoy desnuda, en una regadera de agua caliente, pensando en él. No puedo enamorarme de James, es un mujeriego sin remedio, además un estúpido policía. De seguro amaneció con la camarera esa con quien estaba coqueteando ayer.

¿Cree que soy idiota?, obviamente que me di cuenta. Puede que sea una “maldita ladrona” pero no soy tonta. Me doy cuenta de las cosas.

Ya no importa, decido revisar mi teléfono y tengo 2 llamadas perdidas y un mensaje:

-Recuerda que hoy iremos a un Starbucks y a la Quinta Avenida para comprar unas cosas. Antes de que preguntes, si, puedes robar, te doy permiso, siempre y cuando que yo sepa que sea. Ponte cómoda, como si fueras tu sola. Una cosa, de seguro te ves bien fea cuando despiertas.

¿Ven por qué digo que es estúpido? Ese mensaje le da más razones para serlo. Le escribo otro mensaje.

-Y de seguro que tienes que pasar más de 2 horas en vestirte ¿verdad? Porque cuidado y ven a James Baroni con una mancha en el pantalón.

-Tonta

-Feo

-¿Quieres dejar la actitud de niñita de una buena vez y aguantar una broma?

Policías y Ladrones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora