Mi Cuento de Hadas

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Este OS es resultado del intercambio de San Valentín del grupo de whatsapp KT/BA y está dedicado a la maravillosa NoleeVel!!

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El repiquetear de una campana, pétalos blancos dispersándose como la nieve, danzando gentilmente con el viento al compás de la melodía de una alegre algarabía, risas y aplausos, sonrisas y dos personas que decidieron unir lo que restaba de sus vidas, captaron la atención de Akaashi. Una boda de ese tipo no era un evento demasiado extraño, pero tampoco podía llamarlo demasiado usual. La mayoría de las personas que conocía preferían ceremonias más íntimas en sitios mucho más discretos, sin embargo algo como esto no dejaba de ser lo suficientemente bonito como para que se tomara un par de segundos de su tiempo para admirar la impresionante e impecable estructura de aquella blanca catedral o para perderse solo un instante en esa dulce ilusión.

Sonrió suavemente, de pronto una imagen fugaz había cruzado por su mente, la acompañaba la caricia de millones de burbujas explotando en su estómago. Fue agradable. Creyó que era curioso, pero no se detuvo mucho tiempo a pensar al respecto, todavía tenía mucho por hacer y el reloj no estaba exactamente a su favor. Tenía que darse prisa, probablemente pronto olvidaría esto de todos modos, sin embargo se encontró pensando en aquello un poco más...lo hacía muy a menudo últimamente.

— Estoy de vuelta — un jadeo, pasos, un ligero estruendo y el sonido de un suave lamento al que le siguió nuevamente el sonido de pasos presurosos. Akaashi sonrió; parecía que él estaba más animado de lo normal esta noche.

— Bienvenido.

Esta vez Akaashi carraspeó, volvía a su expresión usual y alzó una ceja. Bokuto estaba sudando. No conocía exactamente la razón, pero verlo así de agitado le gustaba más de lo que debería ¿Cómo debería decir esto? No era como que disfrutara tratando de molestarlo o algo parecido, sin embargo, y aunque a veces lo llamaran irracional, sentía que él resultaba más encantador de esa manera. Dulce y transparente. Le gustaba y la realidad de ese intenso sentimiento trajo consigo el deseo de apoyar la cabeza contra el pecho contrario solo para escuchar los frenéticos latidos de su corazón. Le gustaba la idea, pero era un problema, si se permitía ese pequeño capricho entonces no podría perderse en su mirada ¿Podía llamar a eso un dilema?

Estaba avergonzado ¿Por qué siempre se encontraba pensando ese tipo de cosas? ¿No habían pasado ya más de diez años? Pero, últimamente, pensamientos revoloteaban y zumbaban con más fuerza de lo usual en su cabeza. Pensaba demasiado todo el tiempo.

— Traje la cena — alzó una bolsa, Bokuto tomó las restantes y lo acompañó a la cocina, iniciaron la charla habitual, él siempre sonreía como si aquella repetitiva historia o como si su monótona vida laboral fuera lo más interesante del mundo. Lo hacía sentir como si fuera el centro de todo su universo, como si se tratara de la persona más interesante e importante del mundo y nacía un cálido sentimiento de entusiasmo en su pecho. Ocurría algo similar cuando era el turno del bicolor para hablar, como sonreía, como le brillaban los ojos...era tan especial, tan único — No le causes tantos problemas a tu entrenador ¿De acuerdo? 

— No estoy causando ningún problema — Akaashi detuvo sus movimientos sobre el empaque de comida e hizo una mueca confusa al mismo tiempo que veía a Bokuto colocar algunos platos sobre la mesa ¿No acababa de decirle hace un momento que su entrenador lo había regañado en su último partido? — Lo estoy haciendo genial, anoté el punto ganador y el entrenador me elogió.

Entonces el hombre decidió abrazarlo en el calor del momento, pero no fue capaz de soportar su peso y los dos cayeron al suelo; lo vio en televisión. Eso no detuvo la celebración, parecían estar divirtiéndose mucho, no había sido una caída tan terrible y no arruinó el ambiente o la alegría de la celebración, pero esperaba que la espalda de ese pobre hombre estuviera bien. Ya era bastante mayor después de todo.

Una Vez MásWhere stories live. Discover now