Desde que era un pendejo pensaba que iba a estar con la misma chica toda la vida, Camila, pero no y ella lo cago todo. No se paró a pensar en sus hijos ni en mí, por los nenes me dolió más.
Ya han pasado como 2 meses desde que me separé de ella, solo la veo por mis hijos y la soporto al menos 10 minutos por ellos. Si fuera por mi, ni la miro ni la saludo. Quizás sea un resentido, pero me daño tanto a mí como a mis hijos, eso no lo perdonaría jamás.
No es que tampoco la supere, pero la hermana de dybala me dejó como boludo cuando la conocí y por un toque dejé de pensar en la mierda que se mandó Camila. Por eso me acerqué a ella con el chamullo de amistad, pero la verdad volvió loco, era hermosa la hija de puta.
Fueron unas semanas de palos, chamullos y conocerla un poco más que todo, pero la cague fuertemente. Pasé un día de debilidad, en donde caí por Camila y ahora me arrepiento tanto. Por eso dejé de hablarle, me sentía un poco culpable y si, soy un pelotudo.
Pero tengo la solución para mi cagada, después de casi rogarle de rodillas a Paulo, me dio info de que iba a estar en París unos días y también la dirección del hotel. Como era 14 de febrero, el día de los enamorados, San Valentín, etc; quería hacerle un regalo y una invitación.
La cosa es que cuando le llego todo, me mando un mjs dándome las gracias y tal, pero que no me perdonaba. Y cuando pensaba que estaba todo perdido, me estaba olvidando de la invitación.
Justo es este momento, estoy llegando al hotel donde esta registrada para llevarla a la sorpresa y hablar como gente civilizada.
Estoy cagado de las patas, siento que me va a mandar a la mierda y lo peor de todo es que tiene razones.
Le mandé un mensaje de que estaba abajo, pasaron menos de 10 min, cuando la vi.
Estaba PERFECTA, LPM.
Toque la bocina, para que me viera y cuando me encontró, camino hacia mi auto y antes de que llegara me baje.
-Hola.
-Hola.- sonrió apenas. Le abrí y se subió al auto, cerré la puerta; me di la vuelta y me subí del lado del piloto. Ella me miró de reojo.- Donde vamos?
La miré detenidamente, para después arrancar el auto y empezar el camino.
-Es una sorpresa.
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