Breizhlander en busca de su deporte favorito

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A Breizhlander no le gustaba mucho hacer deporte. Sus compañeros sabían jugar a todo y todo se les daba bien: el fútbol, el baloncesto, el boleyball, el tenis, el balonmano etc.. Pero a Breizhlander no le gustaba nada ser siempre el que fallaba los puntos o el que no sabía hacer buenos giros con la pelota, de esos que impresionan a la gente que los ve jugar.

Un día, en clase de educación física, el profesor llevó a los niños a una pista de atletismo. Allí un atleta profesional les explicó cosas curiosas, como la forma de correr por la pista, y por qué había que usar zapatos de especiales para correr por ella, las diferencias entre el lanzamiento de peso, el lanzamiento de jabalina y el lanzamiento de martillo, cómo se saltaban las vallas, en qué consistían los saltos de longitud, la diferencia entre el salto de altura y el salto de pértiga y muchas cosas más.

¿Quieren probar?-preguntó el profesor a los alumnos cuando acabaron la ruta por la pista de atletismo.

Los muchachos estaban entusiasmados. El atleta profesional y otros deportistas habían preparado varias actividades para que los chicos disfrutaran haciendo atletismo y descubrieran alguno de sus secretos. Pero a Breizhlander no le hacía mucha gracia.

El profesor se dio cuenta y se acercó a Breizhlander.

Profesor: No pareces muy entusiasmado, Breizhlander

Breizhlander: No me llama la atención correr para quedar el último

Profesor: Nunca se sabe, además el atletismo es mucho más que correr, incluso aunque se trate de hacer una carrera. Toma, creo que estos son los zapatos de tu talla. Prueba a hacer las prácticas de velocidad a ver qué pasa.

Breizhlander se puso los zapatos e hizo con ellos las prácticas en la pista. Con los zapatos puestos y las instrucciones técnicas que dio el atleta profesional Breizhlander descubrió que corría mucho más de lo que había podido imaginar. Incluso consiguió ganar la carrera de velocidad de 200 metros.

Cuando llegó a casa Breizhlander le dijo a su mamá que quería empezar a hacer atletismo.

Madre: Pero si a ti nunca te ha gustado hacer deporte. ¿Qué ha cambiado?

Breizhlander: He descubierto algo en lo que soy bueno. (Después le contó todo lo que había ocurrido en la pista de atletismo)

Padre: Haber ganado un par de carreras no te convierte en un gran atleta, Breizh. Cuando empieces a competir encontrarás gente muy buena. Entrenar es muy duro y las carreras son muy exigentes.

Breizhlander: Lo sé, pero eso no me importa. Por primera vez en mi vida siento que puedo ser bueno en un deporte y no pienso desaprovechar la oportunidad de intentarlo.

Lo más curioso de todo es que Breizhlander no solo se convirtió en poco tiempo en un gran atleta, sino que también mejoró en otros deportes, y no solo por ser el que más corría en la pista.

Parece que lo que a mí me faltaba era un empujón, le dijo Breizhlander a su madre.

Madre: Más bien lo que te faltaba era algo que te hiciera confiar en ti mismo

Y así fue como Breizhlander empezó la carrera que algún día le llevaría a ser clasificado para participar en los juegos olímpicos.

Moraleja

En la vida debemo buscar algo que nos haga feliz y nos motive a ser mejores, competir contra nosotros mismos para poder salir adelante, muchas veces no tenemos el apoyo de nuestros padres, pero debemos conseguir nuestros sueños como a dé lugar. ¡Debemos superarnos! 

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⏰ Last updated: Feb 18, 2020 ⏰

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