Untitled part

3 0 0
                                    

A mi corta edad vi aparecer finales que nunca espere. Vi desvanecerse relaciones que pensé que jamás tendrían un fin. Dentro del tan corto recorrido que había tenido en mi vida, las esperanzas que tenia de que el mañana sería distinto eran demasiadas. Reconocía en gran parte todos los errores que habría cometido hasta entonces, algunos más intensos y dolorosos que otros. Reconocía ser tan cabezota, que ciertas ideas ni si me la dibujaran cambiaría mi perspectiva de vida.Era de las personas que pensaban que cuando uno quería y tenía una fuerte convicción poseía el poder de convertir todo cuanto se encontrase a su paso, fue así que llegue a donde estoy hoy. Del mismo modo o aun de uno más fuerte creía en el poder de las palabras, en el efecto de las mismas en las personas, en aquellos que apreciaban escuchar e incluso en los que no tenían ganas de oírlo pero terminaban siendo atraídos. Me gustaba de un modo increíble leer, saber, conocer. A tal punto de tener una curiosidad por ciertas cosas ya sin límites. Me había visto caer tantas veces, llorar intensamente, sin tener idea de por dónde empezaría a reconstruirme, hasta que un día sin mediar más palabras, sin trazar más ideas, empecé a escribir de mí, de vos, de todo aquel que pudiese sentirse identificado en mis textos. Ese día empecé por mí, después de tanto tiempo, quería conocerme, darme una oportunidad. Y por sobre todo reconstruirme o recrearme como correspondía. Tenía sed de mí; de conocer mis límites y sobrepasarlos.Hasta entonces yo solo era alguien demasiado dependiente, necesitaba desligarme de todo aquello que siéntese que me ataba. Necesitaba abrazarme cada mañana, cada tarde y cada noche si fuese necesario, hasta recordar lo grandioso que era tenerme solo a mí misma día tras día. Esperaba fuera tan fácil que todo lo que escribiera mi mente lo procesara de manera automática, que esa persona que tanta daño me hacía no fuera la misma con la que desearía estar. Y que justo en este momento mis ganas de esperar que el mañana sea distinto no me hablaran de él ni de mis ganas de que me amara como creía que nos merecíamos.

Hasta el día de hoyWhere stories live. Discover now