38. ¿Estamos embarazados?

2.9K 174 1
                                    

Cuando tú llegaste

Capítulo 38: ¿Estamos embarazados?

—Alexa Villareal—

Hemos llegado a casa, así que antes de subir las escaleras le cubro los ojos a Santiago con una venda para que no vea nada. No acostumbraba a dar estos detalles, pero Santiago se lo merece por hacerme sentir tan especial para su vida, y lo he tratado lo suficiente mal como para no darle algo como lo que había mandado hacer. Llegamos a mi habitación y todavía lo llevaba del brazo para que no tropezara con algo y se cayera.

—Amor, ya déjame ver.

—Que desesperado eres, Santiago—lo suelto y me ubico frente a él para quitar la venda de sus ojos—. ¿Qué tal?

Mira hacia todos lados y una sonrisa se forma en sus labios, me abraza evitando que mis pies toquen el suelo y me da un beso que sin duda alguna correspondo, pero todavía no es tiempo, así que me aparto un poco.

—Gracias por esto—sonríe—. ¿Pero en qué momento hiciste todo?

Debo decir que las chicas del servicio se esforzaron mucho, hay una mesa con un mantel blanco donde hay una botella de vino, unas copas y algún tipo de comida que no he visto qué es. Lo hago sentarse en la orilla de la cama, porque tengo algo pensado.

—Digamos que utilicé mis poderes—suelto una risita—. Espérame aquí, ¿vale?. Regreso en unos minutos.

—¿Adónde vas?—me detiene antes que me vaya.

—Solo cálmate y espera—muerdo su labio, logrando que jadee—. Quítate ese traje y te quedas en bóxer, te tengo una sorpresa

Entro a mi enorme closet y saco una braga tipo hilo que me había comprado y nunca me he puesto, con un sostén de encaje de color rojo y me los coloqué. Alboroto mi cabello un poco para verme más atrevida y saco de una de mis gavetas unas esposas que había comprado hace tiempo, guardando la esperanza de usarlas, y hoy por fin ha llegado el día.

«Tiempo de ser atrevida».

Salgo del closet caminando muy sensual hasta llegar donde Santiago, que me mira con sus labios entreabiertos. Trata de tocarme y coloco mis manos en su pecho, hasta hacerlo pegarse a la cama. Todo será más fácil, está solo en bóxer y su querido amigo ya empezó a reaccionar apenas que me vio.

Me mira con deseo y aunque quiero gritarle que me haga suya, quiero hacer algo que llevo pensando y creo que esto es un buen momento. Me subo a la cama y coloco los brazos de Santiago hacia atrás, para ponerle las esposas, regreso y pongo frente a Santiago, ahora está sentado. Me mira con una sonrisa traviesa.

—¿Qué haces, Alexa? ¿Por qué me pones esposas?

—No digas nada y déjate llevar—hundo mi cabeza en su cuello y comienzo a dejar besos húmedos—. La que manda en este momento soy yo, y tú eres mi esclavo, tienes que dejarte hacer lo que yo quiera.

—Soy el más feliz de ser tu esclavo—trata de levantarse, pero se lo impido y me coloco sobre él, sintiendo su erección.

Sigo besando su cuello y esta vez le hago pequeños chupones, me muevo hacia arriba y hacia abajo, de manera lenta sin dejar de besarlo. Comienzo a besar desde su pecho hasta su marcado abdomen, escucho cuando jadea y sé que le está gustando. Termino de bajar hasta quedar un poco levantada y deshacerme de su bóxer, dejándolo completamente desnudo ante mí.

Toco con mis manos su enorme miembro haciendo movimientos lentos con mis manos y así ir aumentando los movimientos, escucho cómo gruñe y eso me vuelve loca, sé que lo estoy haciendo bien. Sigo moviendo mis manos hasta formar una erección enorme y era justo lo que yo quería. Dejo de hacer movimientos, pero lo sostengo en mis manos y comienzo a pasar mi lengua por todo su alrededor sintiendo cómo su cuerpo se contrae cuando mi lengua y su miembro hacen contacto, y aunque nunca había hecho esto, siempre hay una primera vez.

Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]Where stories live. Discover now