Epílogo

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Años después

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Años después...

Ethan estaba disfrutando del exquisito almuerzo que su ahora esposa le había preparado.

—Esto está delicioso, te quedó estupendo el estofado amor—dijo Ethan.

—Gracias cariño—le respondió ella—. ¿Y las niñas dónde están?—le preguntó ella extrañada de no ver a sus gemelas de ocho años.

—Creo que están en el granero—le dijo él sabiendo que sus pequeñas a les gustaba estar ahí a divertirse con sus pasatiempos.

—Ire a buscarla para que venga a comer—mencionó ella quitándose el delantal.

Salió de su casa de campo, desde que se fueron de Frost, decidieron vivir en el campo con nuevas identidades, por supuesto que tuvieron que hacerse algunos cambios físicos como el color de cabello, usar lentes de contactos para desimular sus verdaderos color, entre otros pequeños detalles.
Se dedicaron a sembrar sus propios productos alimenticios (algunas verduras) para venderlas en las ciudades o pueblos cercanos, llevando así una vida tranquila. En todo este tiempo la policía no pudo encontrarlos, más cuando descubrieron los treinta cuerpos descompuestos y descuartizados en aquélla cabaña, la escena para los oficiales fue espeluznante.  Aunque solo habían descubierto la identidad de ella, nunca la pudieron localizar, así que con el tiempo el caso del coleccionista de huesos quedó cerrado. Él oficial Fernández no fue descubierto, ahora se encontraba retirado y disfrutando de su jubilación.

Ella llegó al granero poco después dónde las niñas estaban utilizando  algunos artefactos médicos con algo que se estaba moviendo levemente en una tabla que serviría como mesa.

—Niñas, es hora de almorzar. Vayan adentro limpiense, coman y luego  pueden continúar jugando—les dijo llamando su atención.

—Pero mamá, estamos en la parte más divertida—se quejó la pequeña Laura de cabello castaño(nombre en memoria de la madre de Ethan).

—Por favor mamá, déjanos terminar ¿Si?—le pidió esta vez la pequeña de cabello negro que llevaba su nombre.

Ella, resignada por los encantos de sus gemelas aceptó que siguieran jugando. Las niñas se pusieron muy felices y continuaron con su juego.

En ese momento Ethan ingresó al granero. Y preguntó porque se tardaban tanto en regresar, su esposa le explicó lo que sus niñas quería seguir jugando.

—Bueno no las culpo salieron iguales a nosotros—dijo Ethan tomando por la cintura a su esposa, para luego admirar a sus pequeñas gemelas como torturaban en carne viva a una chica de veintitrés años de edad la cual había raptado hace unos días. Está chica tenía el abdomen abierto, dejando al descubierto sus órganos vitales parecía una escena de película de terror dónde los torturadores no se trataban de adultos, sino de unas pequeñas y retorcidas gemelas.

—Te amo—le dijo ella a su esposo con todo el amor que sentía por él.

—Yo te amo mucho más ..Amelia—respondió Ethan de la misma manera.

Un final puede llegar hacer feliz, pero no siempre de la manera que uno lo espera, en esta ocasión una familia que tenían "pasatiempos" distinto a otros,  eran felices a su manera y eso nadie lo podía destruir, y se atrevían hacerlo, se encontraría con los mismísimos demonios.

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Gracias por acompañarme al final de esta bilogia escrita en el año 2017. Espero que les haya gustado, nos seguiremos leyendo en otras de mis obras

Huesos Para Ethan[Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora