Estaciones

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A ti desconocido,

He estado intentando escribirte,
pero el metro se hace cada vez un amigo más firme,
cada vez más extenso y menos libre,
cada vez más fiel y un tolerante irrompible.

Al mirar hacia una ventana,
el sol trata de saludarme,
dándome calor y recuerdos de una infancia ruidosa y poco quebrantable.

Al voltear hacia otra,
solo veo gotas deslizándose,
que muestran como mi alma se ahoga y mi sangre se esparce.

Mientras mi cuerpo reposa,
algunos ojos van y vienen,
y algunas letras se pegan en mi mente.

Al recorrer otra estación,
las memorias bailan sobre mi angustia,
mis dedos tiemblan al son del tiempo,
y mi alma palidece al escuchar la hora.

Al sentir otros aires,
el tren se asemeja a todos aquellos bares,
recordándome mis vicios más espectaculares.

El alcohol como tinta para el poeta.

Y el cigarrillo como arma para destruir las letras.

Al despertar he intentado escribir,
escribir para el sol y para aquellos que sufren además de mí.

Al dormir he intentado no recordar,
no recordar para no darle placer a la luna y poder dejar descansar a mi alma que ya no aguanta más.

He aquí se plasmaron dichos versos,
he de decir que el corazón por más dañado que esté no deja de escribir,
he de anunciar que el tren jamás llegará a su final.

Al volver a subir,
nos hicimos más allegados y su alma se unió a un corazón enjaulado.

Al pasar las horas,
nos vimos un par de veces y los dolores en el alma desaparecieron algunas veces.

Al pasar el día junto a la noche,
los recuerdos sanaron,
y nuestras almas se han secado.

El aire se vuelve más denso,
pero no por eso será más frío.

Y la casa está más sola,
pero no por eso estarás más solo.

Al estar en sientos de estaciones,
las emociones no son las mismas,
y mis manos ya no expresan como otras veces.

La mente trata de unirse con el alma,
y las manos sagran lo que tanto vemos por la ventana.

El sentir jamás será el mismo,
pero el corazón siempre estará escribiendo a juego limpio.

Al intentar olvidarnos de quiénes fuimos,
podremos leer lo que ya somos.

Y aún así he intentado escribirte,
pero las ventanas siguen empañadas y mis manos lucen quebrantadas.

Pero amado mío,
¿nos veremos en la estación seis, mañana?

Poemas a un desconocido © (EDITANDO)Where stories live. Discover now