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Comencé a flotar por aquel pasillo que me llevaría hacia el baño en el cual mi amiga habitaba, Myrtle era su nombre. Ella era muy sensible ante muchas cosas, pero era mi amiga. Ella era dos años menor que yo cuando morimos. No recuerdo muy bien ese día, ya que todo pasó muy rápido:

Había ido al baño ya que había oído a algunas chicas decir que una chica de cuarto estaba ahí llorando desde hace horas, y quería consolarla.
Cuando llegué la encontré en uno de los cubículos y me adentré en él para poder hablar con ella, pero entonces escuchamos una voz afuera, ella gritó que se largara, yo solo me quedé en silencio. Pero la persona no dejaba de hablar, así que Myrtle abrió la puerta enojada… y así fue como morimos.

No sé exactamente qué pasó en realidad, pero según el profesor Dumbledore, la criatura de un alumno fue el responsable, aunque no nos dijo quién fue aquel chico, pero Myrtle y yo supimos de inmediato quién era cuando Hagrid fue expulsado de Hogwarts a los pocos días de nuestra muerte, él era un buen chico, pero se le pasó la mano al no cuidar bien de su criatura, por lo menos Dumbledore lo dejó quedarse como Guardián de los Terrenos de Hogwarts.

Al llegar al baño, me encontré con Myrtle llorando en el lavabo, de nuevo.

—¿Qué pasa, Myrtle? —pregunté haciéndome la que no sabía qué pasaba.

Yo sabía la respuesta, cada año era lo mismo. El día en que las clases comenzaban ponía a Myrtle triste, ya que eso le recordaba que estaba muerta. Yo me ponía nostálgica, pero no triste. Ya que extrañaba hacer magia.

—¡Extraño hacer magia! —exclamó Myrtle como si me hubiera leído la mente.

—Yo igual, Myrtle —dije mirando al suelo—. Los alumnos llegarán pronto al gran comedor, ¿Quieres ir?

Ella negó con la cabeza y comenzó a llorar mientras se sumergía en uno de los inodoros del baño.

Fruncí el ceño asqueada y negué con la cabeza, jamás entendería por qué Myrtle hacía eso, era demasiado asqueroso, aunque el agua del inodoro no nos podía ensuciar.

Comencé a flotar hacia el gran comedor, quería ver a los nuevos alumnos. Ver quiénes estarían en mi casa, Slytherin.

Recordé lo bien que lo pasaba cuando iba a Hogwarts, las bromas que hacíamos con mis amigos, de los cuales no me acuerdo sus nombres, la comida deliciosa que nos servían los elfos domésticos, y las clases, eso era lo mejor, hacer magia.

Al llegar, pude reconocer a varios alumnos, ya que eran demasiado sociales como para no poder pasarlos desapercibidos.

Fred y George Weasley estaban hablando y haciendo bromas junto a sus amigos de Gryffindor. Cho Chang hablaba con sus amigas de Ravenclaw. Cedric Diggory estaba conversando alegremente con una chica de su misma casa, Hufflepuff. Y finalmente: Marcus Flint, él hablaba con sus compañeros sobre una táctica de Quidditch que había estudiado en sus vacaciones.

Nunca estuve en el equipo de Quidditch, tenía demasiado miedo a volar, aunque ahora parece un poco irónica la cosa, ya que soy un fantasma y vuelo. Pero siempre fui fan del juego, iba a todos los partidos, no me perdía ni uno, y hasta ahora no lo hago, sigo yendo aunque no pueda sentir el viento al ver pasar un jugador frente a mí.

Llegué a la mesa de Slytherin y me senté al costado de un estudiante de segundo año, éste se me quedó mirando por un buen rato, parecía asustado.

—Tranquilo, me iré cuando la ceremonia acabe —le dije para después sonreír.

Él asintió asustado y comenzó a hablar con un chico que estaba sentado a su costado. Suspiré resignada, ya nadie quería hablar con fantasmas, espero que los estudiantes de primer año se emocionen al menos al verme flotar.

GHOST ━ draco malfoyWhere stories live. Discover now