Dura confeción

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Llevaba más de 2 horas conduciendo por la ciudad hasta que hice mi primera parada. La casa de mis abuelos, era la ubicación más cercada de donde estaba y necesitaba descansar, me parecia muy complicado consentrarme y no perder la estabilidad.

Al llegar a la casa me sorprendió mucho ver sus cambios, lo ultimo que sabia era que tenia 3 pisos, ahora tenia 5.

Despúes de pensar muy bien las cosas y lo que iba a decir me atreví a golpear de una vez.

Llamo a la puerta pero no escucho ningún sonido y tampoco veo a nadie, con el rabillo del ojo noté una sombra asomarce por la ventana pero no la distinguí hasta que me abrió la puerta.

?-Dante?

-Si, soy yo Felipe... ¿como estás?

Mi hermano, me reconoció y al verme puso una cara de sorpresa, asco, enojo y preocupación.

-Por lo que noto en tu expresión no soy bienvenido, ¿o me equivoco?

F-Dante, por Dios como te atreves a aparecer en este momento?

-Eso es un no--Me doy media vuelta y me dirijo hacia la moto.

F-Oh no no no no no, no creas que te permitiré subirte a esa moto, ven acá o te juro que me la llevo al otro lado del pais y rompo tu pase para que no vuelvas a condicir ni una vendita moto.

-Bueno, ya. Calmate.

F-Que me calme?, sabes que dia es hoy?, sabes porque abrí yo y nadie más salio aún despúes de el regaño de tu vida?

-Porque??

F-Es el funeral de nuestra madre.


JUNTOS POR SIEMPREOù les histoires vivent. Découvrez maintenant