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Harry

El lunes en la mañana se levantó puntual e hizo su rutina diaria para ir al trabajo. Al llegar, saludó a Patty, una omega gordita de edad avanzada que trabajaba como secretaria en el edificio.

- Buenos días sr. Styles – le dio una sonrisa gigantesca.

- Buenos días Patty – saludó y le devolvió el gesto, no importa que tan mal pudieran verse las cosas para Harry porque todas las mañanas la sonrisa que la señora le daba, lograba animarlo un poco.

Subió al elevador y presionó el botón del piso en el que trabajaba, cuando bajo del elevador saludó a algunas personas, llegó a su oficina y empezó a trabajar, supervisó algunas coas y asignó un par de tareas. Y gracias a Dios, no se encontró con Liam en todo día, porque eso de su interrogatorio sobre Clarissa no le ayudaría mucho, sobre todo porque en todo el día no había pensado en ella, ni una vez.

Desafortunadamente, el miércoles tuvo que bajar al piso donde Liam es jefe, Asesoría de servicios, para resolver algunas cosas y coordinar otras, por lo cual se lo topó y no pudo evitar todo el tema de Clarissa y la fiesta.

- Bueno, dejando de lado todo lo de la tienda de postres, ¿me dirás que te tiene así? -dijo de repente.

- No sé a que te refieres con "tenerme así" – se hizo al desentendido.

- Mira Harry, sé que no estás del todo bien, ¿okey? Tú puedes decir cuantas veces quieras que estas normal, pero tu aspecto no va a mentir.

- ¿De qué estás hablando?

- Harry, mírate; en primera, traes lentes, ¡Lentes!, si acaso te he visto usando lentes por necesidad, no sé, ¿5 veces en todo el tiempo que llevamos de conocernos? y Harry, aunque los tengas puestos puedo ver tus ojeras, tus zapatos y tu traje no combinan, el Harry normal estallaría del estrés por ese tonto detalle, y no lo sé, es como tu tercer vaso de café en, ¿tal vez 2 horas?, y estoy seguro de que ya tomaste al menos otros dos en tu casa, ¿entiendes? Lo sé, tienes algo, y sea lo que sea puedes hablarlo conmigo, y si no está bien, pero no te mientas diciendo que estás bien, porque no lo estás – Harry definitivamente se quedó sin palabras, porque todo lo que dijo el alfa frente a él era verdad, estaba hecho un desastre por dentro, totalmente destruido.

- Ok... hace unos meses empecé a hablar con una omega, hermosa. Pasamos navidad juntos, mi cumpleaños y eso, tres días después de mi cumpleaños descubrí que ella tenía pareja, su alfa estaba en Alemania, y regresaría en San Valentín para marcarla, y yo, no sé, fuimos muy rápido, yo fui muy rápido, a ella no le importó y eso... me usó – se sinceró, con su amigo.

- Oh, Harry, lo lamento tanto, en serio, si puedo hacer algo para hacerte sentir mejor, lo haré. Solo pídelo, Zayn y yo estamos para ti siempre. Lamento por haber insistido, si no querías hablarlo conmigo, lo entiendo... - pero fue interrumpido por el alfa rizado.

- Está bien Liam, creo que sacarlo me ayudó, y gracias; tú, Zayn y mamá son lo único que tengo, lo que más valoro y aprecio mucho su apoyo y amistad.

- Nosotros también Harry, no tienes nada que agradecer hermano – los dos se levantaron de las sillas donde estaban sentados y se dieron un apretado abrazo, nada como el amor fraternal.

El jueves en la tarde, la secretaria de Harry entró avisando que había llegado una visita a su oficina, por lo cual se quedó extrañado pues no esperaba a nadie, pero cuando vio al omega moreno entrar con una bolsa de comida esbozó una sonrisa.

Algunas veces Zayn visitaba a Harry porque el prefería comer en la oficina pues llegar a casa y ver que todo estaba vacío y solitario, no le ayudaba a combatir con el sentimiento de tristeza que cargaba desde hace tantos años. Siempre había personas que tomaban esas visitas de manera equivocada e incluso iban a avisarle a Liam, pero el no tenía nada que temer pues confiaba plenamente en ambos.

A Zayn le gustaba hacerle compañía de vez en cuando a Harry pues el opinaba que era un poco cerrado desde... ella. Por lo general, ambos alfas solían tener su hora almuerzo a la misma hora y Liam invitaría a Harry a comer en su departamento, con Zayn, incluso sabiendo que el no aceptaría, pero a veces lograba convencerlo, y pasaban un rato agradable los tres. Pero igualmente el alfa era muy respetuoso con su relación y siempre decía que el no podía estar siempre con ellos pues tenían que tener una vida en pareja, y lo agradecían pues era cierto. Alfa y omega.

- Hey Zayn – saludó al moreno y le dio un corto abrazo pues hacía mucho que no lo veía. Habían compartido un par de mensajes y una que otra llamada en lo largo de tres meses, o más, cuando comenzó a hablar con Clarissa.

- Hola Harry, ¿Cómo has estado? 

- Bien, bien, ¿Y tú?

- Igual todo bien. Traje una hamburguesa de pollo con doble queso y un refresco grande para ti, pero... solo serán tuyos si aceptas venir a la fiesta de mañana.

- ¿Qué tipo de juego cruel es este? – hizo su mejor dramatización de sufrimiento - ¡Piedad!

- Vamos hombre, que tan difícil es hacerlo – dijo mientras le daba a Harry su bolsa con comida.

- Estoy ocupado mañana, visitaré a mamá, tal vez le compré un pastel o la llevé a comer a su restaurante favorito, no lo sé – dijo mientras masticaba.

- Ugh, Harry, no hables cuando tengas comida en la boca, es asqueroso

- Sí, sí, lo que sea Zayn – le restó importancia.

- Oye, ¿si vas a venir mañana?

- Nop

- ¿Porfis?

- Nop

- ¿Por tu hermanito Zayn, el más bonito, chiquito y amado?

- Nop

- Harry, te doy unas papas y una galleta si al menos lo consideras... y dejas de hablar con la boca llena de comida – trató de ganárselo a base de chantajes, o como él lo diría, negociación. Antes de contestar, Harry tomó un largo sorbo de su refresco y se aclaró la garganta.

- Ok, omega feo y chantajista

- Te quiero Harry-feo

- Yo no

- Cara de rana

El viernes había llegado y no había ningún beta, omega o alfa que no hablará de la fiesta, pues todos en el edificio eran trabajadores de nivel y conocerían a socios muy importantes de la empresa, y de Ashton Irwin, el jefe de toda la empresa y el edificio, casi un monopolio del área de publicidad, asesoría, y todo lo que una marca necesita para triunfar.

Y aunque Harry ya había decidido no ir, aún así tenía un conjunto a la mano, solo por si caso. Al llegar a casa, solo se bañó, se vistió y condujo rumbo a casa de Anne para llevar a cenar. Durante el trayecto no pudo evitar pensar en Clarissa y casi ríe en cuando pensaba presentársela a su madre.

Cuando llego a la casa de Anne, abrió la puerta con su llave. Se encontró con ella retocando su labial en el espejo del salón.

- Hola Harry, ¿a qué se debe tu visita? – dijo mientras arreglaba su pelo

- Hola mami, verás vine a ver si tenías la noche libre para llevarte a cenar al restaurante italiano del centro, pero parece que ya tienes planes...

- De hecho tengo una cita, llegará por mí en cualquier mome-... - el sonido del timbre sonando la interrumpió – lo lamento tesoro, tal vez para la próxima, con permiso que se me hace tarde.

- Adiós mami... diviértete – recibió un beso de su mamá en la frente, la vio irse y escuchar la puerta cerrándose.

Cuando volvió a quedarse solo, pensó que la fiesta no era tan mala idea. 


En algún momento la historia tomará sentido, lo juro. Falta poco para que Louis y Harry se encuentren.

ALL THE LOVE SU PENDEJA XX

La Estatua Encantada - larry stylinsonWhere stories live. Discover now