「𝐖𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐰𝐚𝐥𝐥 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」

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La vida es uno de los más grandes misterios que existen, igualmente la muerte ¿Alguna vez te has preguntado que hay más allá del túnel? La teoría favorita de Gilbert era aquella en la que cuando mueres te conviertes en parte del universo, no tener otro cuerpo. Parecía hermoso con imaginarlo, no ser nada más que eso, polvo de estrellas. Esa noche, miró al cielo y pensó en las posibilidades que habían para seguir estado ahí, cuando estuvo a punto de suspirar recordó que si existía algo: El libro que le leería aquella chica de la cual no recordaba su nombre. ¿Cómo era? ¿Ariel? ¿Anny? ¡Anne! ¡Eso era! Anne la que vivía en Green gables. Quería probarla, ver si podía contagiarlo con su alegría y energía. Miró el reloj, eran las cuatro y diez, faltaban trece horas para ir, podía esperar despierto así que bajó y preparó café que podría tomar, limpió toda la casa, dió de comer a los animales de la granja hasta que volvió a mirar para darse cuenta que eran solamente las siete con veintiún minutos, apoyó su espalda en la pared, pasó una mano por su frente para quitar el sudor y suspiró. Ocho horas nunca serían tan largas.

-Hola -saludó con su rostro inexpresivo a Matthew Cuthberth, el cual había abierto la puerta- ¿Se encuentra... -pensó un par de veces hasta que recordó- Anne?

Nunca antes un chico había ido a ver a Anne, Matthew se sintió algo orgulloso luego de ver a Blythe. Le recordó a él por lo extraño que era, también volvió a su mente lo que había dicho Marilla hacía unos meses, ella tenía la firme idea de que la chica se quedaría soltera para siempre.

-Si, si, pasa, en un segundo voy por ella -insistió.

-¡No es necesario! -exclamó la delgada figura que bajaba por la escalera sosteniendo su larga falda con la mano para no caer, tomó aire- ¡Hola Gilbert! ¿Comenzamos? Iremos al jardín trasero... ven, camina a mi lado.

Él asintió frenéticamente, puso un pie delante del otro y siguió junto a ella el corto camino de césped, se sentaron apoyando la espalda en un viejo árbol. La tranquilidad empezó a invadirlo cuando ella comenzó a leer, pero al momento de ofrecerle las galletas de vainilla y la limonada que Marilla había preparado para ellos la curiosidad por ella lo invadió, entonces le hizo una pregunta.

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Sinceramente siento que no les está gustando, son libres de decirlo. Tengo millones de ideas en mi mente y ustedes son quienes pueden hacer que todo suceda, de todas formas los adoro;
~Cass.

Amor y luz para todos y todas ustedes🌻🌈