quattro

1.4K 205 28
                                    

La dulce noche commenzaba a pintar el cielo con unas hermosas y brillantes estrellas, que se encontraban acompañando a aquellos luceros morados, que observaba a lo lejos la casa de aquel chico que le robaba el sueño, se encontraba tan enamorado de su belleza tan inigualable y aquella forma de ser lo tenian tan encantado, sabia que intentaria de todo por lograr enamorarlo, tarde o temprano el amor llegara.

Las 7:40 marcaba el reloj, asi que sin mas salio de su hogar, ya habia preparado la cena, seria algo tranquilo, aunque de igual forma queria mostrarle todo lo que podria hacer poder, de cuanto lo amaba, pero sabia que aun no seria el momento.

Hacia poco habia llegado a la morada de Auron, ya habia tocado la puerta sin encontrar respuesta alguna, cosa que le sorprendio un poco, se encontraba esperando cuando escucho un grito.

-Coño Frederick, deja de poner huevos 

Una risita salio de la boca de Vegetta, al escuchar aquello, y despues escucho de nuevo la voz del otro.

-Ya voy -la voz se escuchaba cada vez mas cerca-

Y sin mas la puerta se abrio mostrando a un chico con un traje, que al ver al ojimorado comenzo a sonrojarse ya que este iba un tanto informal.

-Oh, hombre yo perdon no estaba seguro y bueno jaja -decia mientras rascaba su cabeza un tanto avergonzado-

-Ya, ya chaval que no hay problema ese traje se te ve muy bien -le solto para acto seguido guiñarle el ojo, y el pobre de Auron se encontraba mas rojo que en un inicio-.Buenos ya vamos 

El de orbes morados iba con una sonrisa, y agarro la mano de su acompañante el cual sin mas acepto y entrelazo sus dedos con el otro.

Presto. AurongettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora