Capítulo 1: ALLISON

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Desde pequeña he sido consciente de muchas cosas que me rodean y, al igual que mi madre, me he caracterizado por ser una mujer observadora y que no omite ni un solo detalle. Por eso mismo es que, aunque en el presente el gobierno nos pintaba la pobreza como algo ya "extinto", podía darme cuenta de que eso era una total mentira. Es cierto que la gente ya no vivía en las calles como sucedía hace ya varias décadas, pero aún había muchas personas que vivía al filo del mañana temiendo lo peor. Todo esto lo sé porque mi núcleo familiar era uno de esos, como muchos otros, que llevábamos una vida al límite.

Para resumir bien la situación, la gente pobre se consideraba a aquellos que vivieran en una clase social baja, como los individuos que dedicaban toda su vida trabajando en la fábrica de sintéticos para al final ganarse una miserable pensión que dejaba mucho que desear. Antes de todo esto, yo trabajaba en una de esas grandes fábricas creando y ensamblando accesorios y partes de nuestros amigos robóticos bastante demandados. Y, a pesar de que no ganaba mucho, tenía que luchar con la enfermedad mental que mi madre desarrolló con los años debido a la repentina muerte de mi padre. Esto la llevó a un callejón sin salida y se convirtió en lo que hasta hace tres meses era; una mujer que depositó todo ese dolor creando una nueva personalidad egoísta y vanidosa. Ella vivía conmigo en un pequeño apartamento ubicado en un suburbio a las afueras de Seattle y su carácter la hacía tratar mal a las personas que habitaban el edificio con nosotros. Para ella, la gente solo era "chusma y pobretones", creía pertenecer a la alta sociedad, donde los ricos tenían una vida llena de lujos y podían vivir más tiempo que una persona común y corriente.

Ana, mi madre, tenía sesenta y tres años cuando en medio de la pandemia, optó por salir de casa cuando yo me encontraba afuera luchando por mi vida. Desde entonces jamás volví a verla y desapareció para nunca más volver; los psicólogos que la trataron decían que mi madre desarrolló una especie de trauma después de la muerte de mi padre que se reflejaba en la vanidad y egoísmo. Cuando yo tenía apenas dos años mi padre falleció en un accidente en la fábrica de sintéticos por no tener precaución, a través de las cámaras de seguridad de la estación en la que él se encontraba se puede ver claramente el momento del accidente. Cuando cumplí la mayoría de edad pude ver el video. Me advirtieron y me preguntaron si en realidad quería verlo porque las imágenes podrían ser fuertes, pero no me sorprendí tanto, pues realmente no tengo recuerdos con él... aunque si debo admitir que morir aplastado por un rodillo gigante que prensa la piel sintética de nuestros servidores no es nada agradable. Ese hecho llevó a mi madre a convertirse en lo era, ahora está muerta, quizás vagando por las calles de Seattle convertida en un Snyder, como decidieron llamarles cuando todo se salió de control.

Hasta la fecha me sigo refugiando en la casa donde crecí, en realidad es un apartamento pequeño que el estado le otorgó a mis padres al momento de contraer matrimonio y no conozco mejor lugar que este, solo aquí me siento segura, está lejos del centro de la ciudad y el número de infectados por la zona suele ser muy reducido.

Cuando la plaga cayó sobre nosotros, los militares y policías fueron las primeras fuerzas en disolverse, el constante aumento de Snyders acabó con casi la totalidad de las fuerzas militares y los que quedaron decidieron huir y esconderse intentando salvar sus vidas y las de sus familias. Eran tantos los infectados que las armas de plasma se agotaron y dejaron de ser útiles a causa de la falta de energía, que ya empezaba a escasear en varios lugares del mundo volviendo obsoletos los aparatos electrónicos y nuestras armas, nuestra principal fuente de defensa. Las antiguas armas de pólvora y balas fueron la solución más rápida, sin embargo, no funcionó por mucho tiempo, solo en cuestión de semanas la pólvora escaseó y conseguirla era tan difícil como agua en un desierto. Con la reducción de fuerzas que limitaran el aumento de infectados el gobierno que regía colapsó y como consecuencia comenzó a reinar en las calles la anarquía. Las personas mataban y lo siguen haciendo, por recursos valiosos como la comida, el agua potable, munición, armas y lugares seguros para esconderse.

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⏰ Last updated: Mar 27, 2020 ⏰

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