🐾Epílogo🐾

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Soledad.

Esa palabra podría haber definido en algún momento atrás perfectamente la vida de Min Yoongi.

Siendo el líder de los cambiaformas dragones, no había tenido tiempo para una pareja. No desde que había asumido el poder y todas las responsabilidades que conllevaba, se había dedicado a velar lo mejor para su gente.

Siempre procuró que su gente tuviera lo mejor, que no les faltara nada y que nadie osara interrumpir aquella paz en su terreno entre las montañas, alejados de todos.

Pero cuando había logrado todo lo que se propuso, descubrió un gran vacío en su interior mientras contemplaba a las parejas pasear frente a sus narices, profesar amor eterno y creando su propia familia.

Bueno, eso había sido antes.

Antes de encontrar a su conejito y rescatarlo.

Antes de protegerlo y descubrir que era su pareja.

Antes de enamorarse y comenzar su propia familia.

Ese vacío que había sentido en algún punto de su vida, ya no estaba. Ahora, rebosaba completamente de sentimientos cálidos y felices por su pequeña pareja y sus tres hermosos hijos.

Dos hermosas niñas que más inquietas y curiosas que su papi omega no podrían ser, y un lindo niño que exudaba ternura hasta por cómo respiraba.

Tres años habían pasado ya desde que encontró a su conejito aquella noche, unos maravillosos años que no había dejado de recordarle a su pareja lo hermoso, perfecto y feliz que era estando a su lado.

Si algo más había cambiado luego de tres años, podría ser que al unirse Yoongi al consejo que crearon los principales líderes de las distintas especies cambiaformas, la comunicación con otros shifter había aumentado y ahora ayudaba a rescatar a shifters secuestrados por idiotas abusivos similares a Seung-hoon y su manada.

Jimin había estado tan orgulloso de él cuando le comentó al respecto que había calentado su corazón con su hermosa sonrisa.

Y pensando en su amada pareja e hijos, Yoongi juntó sus cejas tal vez con algo de preocupación debido al extenso silencio que había en la casa.

Y con pequeñas bolitas energéticas al igual que su Jimin, no figuraba nada bueno.

Dejando los papeles nuevamente sobre el escritorio, Yoongi echó su silla hacia atrás y se levantó.

Después de que sus pequeñas cambiaran a su forma humana, a ambos padres les habían regalado sus buenos sustos desde el momento que aprendieron a mover sus pequeñas extremidades con el pasar de los meses.

Por lo que, basado en su experiencia de tres años, el silencio significaba peligro para este alfa.

Y aún más desde de que el pequeño Jihoon tuviera problemas para controlar su cambio. Yoongi podría estar cargando a su hijo entre sus brazos, y de un segundo a otro tenía a un pequeño dragón intentando volar por la sala, para el horror de ambos padres ya que el pequeño aún no lo hacía del todo bien.

Saliendo de su oficina, el alfa bajó al jardín secreto de su conejito.

Porque sí, había decidido quedarse con la oficina de su casa como la principal solo para estar más tiempo con su familia.

—¿Jimin, bebé? —llamó observando a su alrededor.

Entonces, entre el verdoso césped, encontró a Jimin en su forma conejito recostado sobre su pancita y sus patitas traseras estiradas hacia atrás. A cada lado, tenía a una de sus hijas imitando su posición. Mientras que un pequeño Jihoon en su forma humana dormía frente a ellos en forma fetal mientras chupaba su dedo pulgar.

Cálido InviernoWhere stories live. Discover now