¿Problemática en camino? (Shikatema) [Terminada]

Capítulo 9

En el capítulo anterior...

Y entonces comprendió todo.

«Hablaremos en la habitación» eso era lo que Temari quería decir con su sonrisa. Un escalofrío inmediato fue lo que sintió Shikamaru.

Definitivamente sería una noche típica de la familia Nara.

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Las nubes cubrían el cielo, y el ambiente brindaba nostalgia en la Aldea de la Hoja.

Shikamaru se arrodilló frente a la tumba que marcaba el nombre "Asuma Sarutobi".

- Sabes que mi trabajo casi no me permite venir. -le habló a la placa de piedra- Pero quería comentarte algo desde hace días...Temari está embarazada, será niña.

Sus ojos brillaban con ilusión, y encendió el mechero.

El viento sopló más fuerte, y unas hojas volaron del árbol cercano.

Shikamaru tomó eso como respuesta de su maestro, y dejó un ramo de flores al lado de la tumba.

Una última reverencia, y entonces se habría levantado para salir del lugar. Ésto aliviaba el corazón del chico.

Mirai había acabado de entregar el reporte de misión, y tras una larga noche de trabajo, llegó a su hogar.

— Estoy en casa...–el tono de su voz demostraba cansancio, y se sentó en la entrada de la casa, mientras se quitaba los zapatos.

Unos pasos comenzaron a sonar cerca del pasillo, y entonces apareció la silueta de la experta en genjutsu, Kurenai Yūhi.

— Bienvenida. –su madre se arrodilló y la abrazó mientras se encontraba de espaldas.

Madre e hija disfrutaron de un desayuno juntas, y pronto comenzaron a actualizarse con las noticias del último tiempo.

— Oh, había olvidado decírtelo. –habló Mirai dejando de lado su té– ¿Sabías que Shikamaru-nii y Temari-san están esperando otro bebé?

Kurenai, quien se había llevado arroz a la boca, tosió tras atorarse ante la inesperada noticia.

— ¿Shi-Shikamaru y Temari? –cuestionó sorprendida la retirada kunoichi.

La joven asintió enérgicamente.

— ¡Debemos ir a felicitarlos! –Mirai volvió a comer, esperando la respuesta de su madre.

— Sí, sería bueno.

Kurenai dirigió su mirada al cuadro con la foto de Asuma, y sonrió.

— Tu padre estaría muy sorprendido y feliz. –la mujer habló con nostalgia– Shikamaru siempre fue el alumno favorito de Asuma, lo conocía más que nadie.

Mirai también miró el retrato de su padre, y luego observó el rostro de su madre. Sabía que a pesar de los años, ella seguía amándolo y sufriendo internamente por la muerte de su amado.

— ¡Así que he decidido que haré de esa pequeña, mi discípula! –habló la joven, intentando animar a su madre.

Ambas sonrieron alegremente, y disfrutaron de la plática durante el resto de la mañana.

La capitana del equipo InoShikaChō, citó a sus estudiantes al campo de entrenamiento.

Chōchō, como siempre, disfrutaba de su gloriosa bolsa de patatas fritas sabor consomé. Inojin practicaba un combate con su sensei, utilizando el Chōjū Giga.

— Shikadai está tardando. –habló la morena con un deje de preocupación.

— Debe haberse dormido, o su madre tiene que estarlo regañando por algo. –comentó Inojin con naturalidad.

Los arbustos emitieron un ruido, y entonces apareció una silueta familiar.

— Lo siento. –habló una voz acercándose al grupo– Tuve que ayudar a mi madre durante la mañana.

Los tres miraron extrañados al pelinegro, y comenzaron a cuestionar el asunto.

— ¿Tu madre? –preguntó Moegi mientras colocaba una mano en su cadera– ¿Seguro que no estabas simplemente holgazaneando?

Shikadai chasqueó la lengua, y colocó sus manos tras su nuca.

— Con el embarazo, tiene algunas complicaciones. –admitió el chico– Lo mínimo que puedo hacer es ayudarla con lo que necesite.

Los tres shinobis no sabían si sorprenderse por el embarazo, o por que Shikadai fuera capaz de hacer algo a pesar de su flojera. Así que acabaron bombardeandolo con preguntas de todo tipo.

Definitivamente sería complicado para el chico Nara lidiar con ellos.

Continuará...