Capítulo 7: Visitas no guiadas

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Frisk miraba las humildes casas y establecimientos que parecían conservarse tal cual estaban desde el siglo pasado. Tal cual las recordaba. Su mirada no reparaba en recordarle a su mente cuando era una joven encaminada a la adultez que compraba cocoa recién hecha en la tienda de las hermanas Keepers, la librería de ventanas siempre escarchada o los juegos hechos de nieve para los niños. Este era un lugar más bien adaptado a las viejas eras, cuando los monstruos eran los únicos habitantes de Ebott. Este seguramente era el lugar con más monstruos en todo el país, por eso el nombre de Old Ebott, el único que permaneció en eterno invierno y en eterno legado de la magia. Gracias a eso, los humanos no solían venir salvo más que por visita o turismo debido al sepulcral frío que mantenían sus habitantes para subsistir. Pese a que a Frisk no le agradaba demasiado el sentir frío, tener que vivir allí para completar sus años de escolaridad, su padre le había facilitado medicinas para desarrollar una mayor inmunidad frente a catarros y problemas de salud que aparecían con el frío. Cosa que le vino genial en el futuro, enfermarse era algo extraño en ella y la ventaja de pasar en la nieve con sus amigos tanto como ellos, la ayudó a sociabilizar y formar lo que era ella actualmente. No podía sentirse más en casa que en este lugar.

"Aquí estamos cielo, La Escuela Para Señoritas Dreemurr" Dijo el conductor antes de ponerse a cantar.

El vehículo se detuvo frente a una hermosa estructura de ladrillos violeta, empinándose como una montaña y cayendo de los lados de una hermosa forma oblícuela, la madera pintada en blanco mimetizaba los bordes de cada estructura haciéndola parte de la nieve y la campana dorada en medio de la punta del edificio central solo la hacía querer verla redoblar el péndulo de su interior. Qué días eran esos cuando oírlo se convertía en su parte favorita del día para poder irse a casa...

"Muchas gracias, Señor River" Dijo ella mientras bajaba y sacaba sus pertenencias del auto.

"Cuando quieras, ¡Tra-la-la!" Contestó apretando el acelerador.

Frisk se acercó al pequeño jardín recubierto de magia, que al pasar la mano enguantada, podía sentir cierta calidez emanando de las plantas.

Dejó ir un suspiro de nostalgia antes de arrimar su equipaje a los escalones de la puerta y golpear las enormes puertas.

No pasó mucho antes de que estas se abrieran para dejarla pasar.

"¿Frisk? ¿En verdad eres tú, niña?" Preguntó una voz burbujeante, como si cada palabra la hiciera soltar una pompa de saliva.

"¡Glenda!" Dijo Frisk al voltear a ver al pez recepcionista. "Sí, soy yo" Le respondió entusiasmada.

"¿Qué te trae por aquí? ¿Y ese equipaje?" Hiso una pausa, pero sin dejar que respondiera levantó una de las aletas "Oh, ya veo vienes a ver a la profesora Dreemurr ¡Por supuesto! Que tonta soy"

De tonta nada, no he dicho una sola palabra y ya has adivinado todo.

Frisk sonrió y asintió con alegría.

"Eso es estupendo, Frisk" Dijo aplaudiendo acuosamente con sus aletas "Le queda un poco para que salga, está en sus clases de piano ahora"

"Oh" Dijo acomodando la maleta junto al escritorio del pez "Claro, puedo esperar"

No pasó mucho tiempo después de que la enorme campana se escuchase retumbar por sobre sus cabezas en un hermoso eco que se extendía por toda la escuela. Frisk realmente estaba tentada a caminar por los pasillos para rememorar uno que otro recuerdo, pero eso sería para después, primero debía esperarla. Impaciente apresuró lo que le quedaba de la taza de té que le había ofrecido Glenda en tanto esperaba y la dejó sobre el escritorio.

Daily Joke (Fanfic Frans)Where stories live. Discover now