Capítulo 16

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Arcángel Uriel

Capítulo 16

Voy a recuperarlas

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Voy a recuperarlas

Estaba oscuro,la luz de mi linterna era débil, en cuanto volviera a mi refugio iba a cambiarle las baterías.

—Ven,acercate — llamé al quinto gatito que cada noche venían a beber leche,fórmula para bebés de ser exacta. No sabía donde se metían el resto del día pero me alegraba verlos por lo menos durante las noches. Al menos tenía con quien hablar.

Han pasado años desde que vinieron a destruirnos. Muchos han muerto. El mundo como lo conocíamos ya no existe,quedamos pocos humanos en estado libre. Destruirnos hasta el punto de la extinción era su objetivo,su meta a alcanzar.

Yo por mi parte sigo esperando que vengan por mí. Aunque tampoco vago por las calles con una diana en el pecho para que me maten así de fácil,he aprendido a ocultarme y creo que lo he hecho bastante bien ya que hasta ahora no me han encontrado. Y los ángeles no son la única amenaza por aquí. Hay grupos allá afuera dispuestos a hacer lo que sea con tal de sobrevivir.

Se hacen llamar la resistencia, si me lo preguntan,pandillas de carroñeros,maleantes que se esconden tras de el bien común. No niego que en un principio hallan tenido una buena intención, preservar a la raza humana,pero ahora, sin embargo,sus nuevos ideales  distan mucho de sus buenas intenciones de un principio. Ya no sabía quiénes eran peores, ellos o los ángeles.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

A uno de los gatitos se le crisparon los pelos y comenzó a maullar. Desde mi perspectiva este es es la líder de la camada,los otros cuatro lo siguen a donde quiera que vaya.

Una botella vacía rueda entonces por el callejón provocándome un sobresalto. De pronto no creo ser la única que hace compañía a los gatos en el callejón.

Un nuevo ruido me obliga a iluminar esa área de la calle. Aunque no logré ver mucho con la luz incipiente de mi linterna.

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Con algo de suerte y es otro gato perdido,o por lo menos es lo que espero ya que la alternativa resulta ser muy peligrosa.

Los gatitos comienzan a bufar detrás de mí mientras me voy acercando con paso precavido hacia el lugar donde rodó la botella.

La pequeña luz de la linterna ilumina un par de pies descalzos que me quitan el aliento obligndome a contener la respiración.

Arcángel y el fin de los díasWhere stories live. Discover now