Un Avé con Las Alás Rotas (Jason Todd Y Tú)

Capítulo 12

Tú

Tal y como dije, las cosas no se volvieron diferentes entre nosotros. Jason me acechaba a cada momento, y no puedo decir que no me gustaba, a cada oportunidad que tuviera me llevaba lejos para una buena sesión de besos y caricias.

Llamenme caliente hormonal, pero él no me lo dejaba fácil cuando tomaba mi cintura y me acorralaba contra la pared.

Esto no pasaba desapercibido para nadie de la familia, y había aprendido a vivir con las miradas de Alfred y Bruce. Pero a veces la pena podía más conmigo cuando Dick, Barbara o Kate estaban en casa.

Maldición, no olvidaría jamás como las conoci.

—Jason–suspire ansiosa cuando comenzó a dejar besos en mi mandíbula.

—¿si?

—espera, para.

—¿por qué?–cuestiono sin dejar de besarme.

—estamos en la baticueva, me sentaste sobre el capó del batimovil y nos estamos besando, Bruce va a matarnos. Además se supone que estaríamos entrenando.

—¿ya te dije lo sexy que te ves con tu ropa toda pegada al cuerpo mientras peleas conmigo?

—Jason...

—shhh

De pronto sus labios acariciaron la piel sensible de mi cuello, inevitablemente un jadeo se me escapó, llevé ambas manos a su cabello cerrando los ojos.

Sus labios volvieron a los míos y me alteré cuando su mano se coló en mi blusa y...

—¿qué creen que están haciendo?

La inconfundible voz de Bruce me hizo soltar un pequeño grito, mordi a Jason sin querer, él se separó quejándose, baje rapidamente del auto tratando de disimular que nada había pasado.

Frente a mí estaban Dick, que empujaba a una chica pelirroja en silla de ruedas, Bruce, Alfred y otra mujer alta con el cabello rojo.

—Bruce...lo siento es que...

No podía hablar de la pena y los nervios.

—maldición–se quejó Jason–muerdes fuerte.

—cierra la boca.

—¿no deberían estar entrenando?–preguntó Dick en tono burlón.

—es que, queríamos descansar–hable nerviosa.

—oh si, vaya descanso–hablo la chica pelirroja riendo–soy Barbara por cierto, mucho gusto–me extendió la mano.

—___ Morgan.

—Kate Kane–saludo de lejos.

—hola.

—Jason, ven, quiero hablar contigo–dijo Bruce caminando lejos de todos nosotros.

Jason rodó los ojos siguiéndolo, tapé mi rostro con las manos aun sintiendo el ardor de mis mejillas.

—que vergüenza–susurré.

—oh no, fue divertido ver la cara que puso Bruce cuando los vio–dijo Barbara.

—si, pareciera que su único amor es el batimóvil y ustedes como si nada besándose sobre él–riendo habló Dick.

Quejandome volví a cubrir mi rostro.