Las chocoaventuras de Tin y Din Maysathanan

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-Lo mataré!Lo mataré!- se oían los gritos de Tin en la cocina, muchos pensarían que estaría ocurriendo un homicidio dentro de esa casa, pero para lo que es la familia Maysathanan todo era nada más y nada menos que un día común y corriente.

Ya habían pasado más de dos meses desde que el nuevo integrante de la familia había llegado y según Can todo iba de maravilla, pero para Tin era todo lo contrario, el pequeño Din se la pasaba pegado a Can y no le daba tiempo de hacercarse a el lo cual lo ponía un tanto celoso. Can se estaba dando cuenta de lo que pasaba y no le quedó otra opción que mandar a Tin y Din a pasar un tiempo de padre e hijo, que según el les daría bien.

Lo único malo era que no tenían Tena de conversación y ya habían dado más de tres vueltas enteras a todo el centro comercial, lo cual ya estaba empezando a disgustar a Tin y el pequeño hablo

-Bueno... Lo intentamos- dijo dando la vuelta hacia la salida. No podían dejarse vencer tan fácilmente, si lo hacían Can quedaría devastado y el ver su carita llorando y haciendo un puchero le rompía el alma a Tin así que no le quedó de otra.

- Espera! - El niño volteo esperando a que el que era mayor dijera algo- Emm... Este... - Tin no sabía que decir, de un momento a otro se le habían ido todas las palabras.

- Hey! Escucha. También me gustaría que nos quedáramos, pero tenemos que haceptarlo. Entre tú y yo no hay tema de conversación, simplemente no combinamos.- al alto le sorprendieron las palabras de su ya hijo, parecía tener respuesta de todo y su mirada fría lo hacía ver impresionada mente arrogante. Pero no de la manera que todos creerían, el se veía como... Se veía como Tin.

El alto logro atrapar sus palabras de nuevo y habló- Escucha. Tampoco estoy muy cómodo ahora, pero debemos hacerlo por Can, crem...

- Me lo dices ahora?- el mayor se vio interrumpido por Din.

- Que?

- Te estuve siguiendo durante casi media hora por esa misma razón y ahora tu me quieres...- el pequeño paro en seco y su cara se puso pálida, por lo cual su ahora padre se preocupo.

-Hey! Estas bien? Parece que vistes a un fantasma- Bromeó Tin.

- Me quiero ir- dijo esta ves un poco decaído Din

- Hey, seguro que estás bien?- Tin volteo hacia dónde Din miraba con tristeza y lo único que logro ver fue a una pareja de unos aproximadamente 18 años.- ¿Quiénes son ellos? Los conoces? - Din sólo bajo la mirada por donde corrían lágrimas y siguió caminando.

Tin lo tomo de la mano y lo llevó hacía una dirección opuesta, pues parecía que el niño si los conocía y no había tenido muy buenas experiencias con ellos.

- No tengo idea de quiénes rayos sean ellos pero si te hicieron algo malo me encargaré de meterles una multa falsa, como por haber robado de una dulcería o haber abierto la caja de los juegos de peluche. Un día lo intenté, los malditos te cobran como si hubieras robado un maldito banco según que por que son propiedades del gobierno y no se que mas.- Dijo Tin haciendo reír al pequeño- ¿Quiéres intentarlo? - pregunto con una sonrisa malvada Tin. El cual el niño sonrió en forma de respuesta.

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Éste era el plan, Tin abriría la caja donde sale el peluche y Din entraría por ella mientras que el mayor fingiría jugar con ella. Ya teniendo los peluches Tin la encendería de verdad  tomando a su hijo con la gancha y sacándolo, ahí vendría la parte fea, en cuanto Din salga ambos correrían  llamando la atención de los guardias al romper cualquier vidrio o estantería del lugar. Lo bueno era que lograron llevar ambos cubre bocas, Din por que había frío y según Can cualquiera que se le acercara podría enfermarlo en cambio Tin sólo lo hacía por que se veía bien. Lo siguiente que pasaría  era que ambos correrían hacía los jóvenes que estaban en las bancas del centro comercial y les darían los peluches y está ves si les darían una multa de verdad.

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Todo iba según lo planeado, ya tenía los peluches el pequeño, el único y pequeño problema surgió cuando el gancho de la máquina se rompió y empezó a sonar una alarma de esta. Tin al ya no tener otra opción ( uy si se ve muy creíble) se echó a correr con su hijo todavía adentro de la máquina, en lo que corría rompió el cristal de uno de los mostradores de una tienda de ropa, lo cual después de unos segundos le pareció algo muy estúpido, pues estaba siguiendo el plan que hizo con su hijo, y con  Din dentro de esa máquina el plan había fallado, después de unos segundos volteo para ver si su hijo seguía dentro de esa cosa para encontrarse con Din corriendo tras el con el peluche en mano.

- Hey! Cómo saliste?- pregunto el alto mientras seguía corriendo.

- Todo tiene sus trucos- dijo el niño respirando entrecortada mente por tanto correr.

Ambos  pensaron que habían dejado a los tres guardias que lo perseguían atrás y se sentaron en una banca. En un abrir y cerrar de ojos mas de treinta guardias los perseguían.

- Corre rata!! Correee!!! - grito Tin

- Eso intentó- Din logro alcanzar a Tin y este lo cargo para que ambos se dieran cuenta de que habían alcanzado a la pareja de jóvenes.

Ambos pensaron lo mismo y les aventaron el peluche que el pequeño tenía en mano hace unos momentos, gracias a eso lo guardias dejaron de perseguirlos y ambos lograron escapar y entrar al auto negro de Tin.

- Debemos salir de nuevo.- dijo Tin y este sólo recibió una sonrisa del menor.

Hola bebés! Como han estado? Yo espero que bien y vengo diciendo que ya volví y que ya tengo un celular nuevo en el que  SI puedo escribir con mucha más facilidad. Sin más, los quiero y espero poder actualizar pronto. Bye~

By: Kim Namji💞💝💞

VENDIDO!(tincan)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن