Paraíso de Verano

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Antes de comenzar: Esta historia la escribo con mucho respeto por las leyes eclesiásticas y esperando que no afecte a nadie en su lectura. Espero que la reciban con el mismo respeto que yo la escribo y con la convicción que cada uno necesita, para entender que a veces escogemos el camino equivocado. Este es el caso de esta historia. Un abrazo.

JavieraJames2604


Escucho las olas a mis pies acercarse, mis gafas oscuras me ayudan a ver el sol de la forma que quiera, el frescor de la arena húmeda y la espuma bajando por mis piernas es simplemente el paraíso en la tierra. Me llamo Oseías Lagos, vengo desde la región metropolitana de Santiago (De chile) hasta las playas paradisíacas de Punta cana por primera vez con mi familia a disfrutar mis vacaciones de verano y mis dieciocho, si algo puedo decirles es que me gusta mi soledad, porque en ella encuentro ideas nuevas que escribir o que leer, simplemente aprecio las pequeñas cosas de la vida y para mi familia aquello parece lo correcto aunque siempre esperan algo más para mí, ya que todos son muy devotos desean que camine por la misma senda, aunque la idea no me disgusta soy un fiel creyente de las sonrisas y los viajes como método de sanación, apenas tengo dieciocho y quiero conocer el mundo y volar en un globo aerostático.

— ¡Oseías levántate que viene la ola!

Enseguida levanto mi torso una ola me pega en el rostro y termino con la lengua pegada a la arena. Mi agradable hermana Miriam se parte de la risa mientras se acerca para levantarme desde el cabello y verme la cara.

—Estámpamela de nuevo, ¡ahora! —Exijo.

— ¿Pero por qué haría eso? —Pregunta extrañada.

—Porque viene un grupo de chicas y no quiero que me vean la cara llena de arena, ¿Qué crees que vine aquí a perder el tiempo? ¡Estámpame la cara!

—Como tú digas, pero a papá no le gustará saberlo.

Mi hermana se levanta y se acerca al grupo de chicas que en décimas de segundos me vieron con la arena hasta en el ojete seguro y se han reído mientras bromeaban bajito, claro iban dirigidos a mí todos esos comentarios.

Enseguida se fueron sonriendo lleve la mirada a Miriam que alzó ambos hombros con malicia y corrió hasta la sombrilla de nuestros padres.

— ¡Te voy a matar mocosa del demonio! —Grito corriendo detrás de ella, claro que la mataré, no puede hacerme un simple favor de hermanos, sino que me deja en ridículo.

Entre los dos tenemos el cabello de papá blanco, pero a mí me vale, la mocosa lleva doce años jodiéndome la existencia y hoy si tenía intenciones de asarla al palo.

— ¡Oseías! ¡Oseías por favor! —Dice mamá que se levanta de su silla de playa tras ver como Miriam se escondía detrás de ella.

— ¡Teníamos un trato! —Comienzo a rodear la silla de playa y ella a su vez también, cada uno marea a mamá desde el lado contrario y terminamos en una caída que no le hizo nada de gracia a papá.

—Hemos viajado tantos kilómetros... ¿Para ver el mismo espectáculo que pude ver en mi casa, y gratis? ¡No quiero saber que trato tenían! ¡Compórtense!

—Oseías, ve a lavarte la cara, la traes llena de arena ¡Por Dios! Parece que no tienes ya la mayoría de edad, peleando con una niña...

Miriam termina burlándose de mí y como siempre tengo que obviarlo todo o terminaré sentado delante de papá con un sermón de aquellos...

Cuando se hizo de noche y todos estábamos en el hotel nos hemos vestido para la cena, sí, mi familia se viste de camisa y corbata para cenar y muchas otras cosas que estoy seguro hoy en día no se practican, vine a nacer en el lugar equivocado... o eso creo.

Escógeme a mí © #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora