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El gallo canto al salir el sol. Iluminando la mañana de un pequeño pueblo simple y aburrido.

Charles salió de su hogar en medio de varias casas aburridas y simples de madera y piedra, a diferencia de la suya la cual poseía un pequeño jardín.

-un lugar, simple y aburrido, siempre es como el día anterior -decía el joven castaño bajando los escalones de su casa -un lugar, solo gente simple que despierta asi-

El reloj de la plaza marcó las siete de la mañana, las campanas anunciaban el inicio de un día nuevo.

-¡Bonjour! -una ama de casa abrió su ventana. Y otras tres mujeres la siguieron.

-¡Bonjour! -dijeron las tres mujeres limpiando sus trapos polvorientos.

El aguatero saludaba al cerrajero, el borracho a los policías.

Charles saludo a todos -ahí esta el panadero como siempre, el mismo pan viene vender- le dejo una moneda en la canasta de pan y tomo uno.

:-¡las mañanas son así! -Charles acarició al mismo corsel que siempre lo esperaba junto a la panadería -Desde el día en que llegué a este rústico lugar-

-¿Como estas, Charles? -saludo un campesino comerciante quitándose el sombrero de trabajo.

-¿como esta? Mesie Jan ¿otra vez perdió algo? -interrogó al verlo buscar algo con la mirada.

-parece que si lo perdí -busco a los lados -el problema es que se me olvido que- Charles rio -bueno, ya me acordaré ¿y a donde vas? -Charles alimento al pobre burrito que trabajaba con el comerciante, de seguro se le olvidó darle algo.

Se alejo y giro a responder la preguntó -regresó un libro al padre Robert Kelly-le comentó -es sobre dos amantes en la bella Verona-contó.

-suena aburrido -dijo el hombre al verlo marchar.

Charles caminaba por las calles, siendo observado por todos los habitaciones pues el no podría pasar desapercibido ni aunque no lo intentara.

-miren aquel chico tan extraño -dijeron los niños al verlo mientras entraban a la escuela.

El maestro iba empujando a los niños para que entren rápidamente -es distraído ¿no lo crees? -

Charles cruzó el riachuelo, dando saltos en las piedras en medio de este.

-¡nunca brilla en sociedad! -dijeron un grupo de mujeres que lavaba la ropa -en las nubes siempre esta-

Un grupo de niñas que ayudaban también se giraron al verlo pasar -no hay duda que un Doncel raro es-

Las personas seguían con su vida rutinaria, comprando el pan, huevos, leche, tela. Siempre amables los unos con los otros.

Charles miraba ese panorama todos los días -yo quiero algo más de vida provincial-

Entro a la biblioteca donde el padre limpiaba el polvo.

-Ah, si es nuestro único ratón de Biblioteca -bajo la escalera en la que estaba trepado. -dime, a donde viajaste esta semana-

-dos ciudades al norte de italia-aseguró contento- y ya no quería volver -le hizo saber. Se giro a la pequeña biblioteca -¿algún lugar nuevo que conocer? -

-temo qué no, pero puedes releer alguno que te guste -le aconsejo.

-gracias -tomo un libro sin dudarlo -sus libros vuelven más grande este rincón del mundo-

Charles salió de la pequeña biblioteca, con el libro frente a sus ojos, no dudo en sumergirse en ese mágico mundo que era su único escape del asfixiante aire de su pequeño pueblo.

La Bella y la Bestia Onde histórias criam vida. Descubra agora