Normal

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¡Kacchan, ya es tarde! ¡Tenemos que irnos! — fueron esas palabras acompañada de una almohada lanzada directo a su cara lo que logró despertarle por completo en un sobresalto

¿Qué hora era?

Eso era una pregunta que todavía no podía conseguir respuesta, pero tomando en cuenta las acciones del pecoso tan desesperadas para despertarle podía notar que no era tan temprano que digamos.

El pecoso ya se encontraba medio vestido mientras caminaba de un lado a otro con insistencia.

Por otro lado el cenizo solo... digamos que apenas y se hacía despierto en la comodidad de su cama.

—Del hecho que seas el numero uno, no implica que tengas que llegar tarde a tu trabajo— regañaba Izuku por su mal hábito de siempre llegar tarde casi todo el tiempo que se le había creado, a lo que el cenizo solo gruño con fastidio. Pero si lo vemos en otro punto de vista, era  lógica, casi todo el tiempo le tocaba hacer turno de noche —turnos que Izuku trataba de ayudarlo  más que podía cabe recalcar— en estas épocas donde el frío inundaba las calles con nieve gélida, donde uno prefería quedarse en la comodidad de su casa, acurrucado bajo las sábanas de su cama. 

Pero no tenía más remedia, a pesar de que no quería hacerlo, tenía que seguir con su trabajo de día. Y sin más se paró y empezó a hacer su rutina para ir al trabajo.

Ahora todo estaba como antes y me atrevería a decir que incluso mejor, todo estaba realmente tranquilo. Aquel trocito que les faltaba a ambos estaba de vuelta en el lugar que pertenecía. Ellos se apoyaban mutuamente al compás, casi siempre estando juntos si contamos las pocas veces en las que salían aparte con sus respectivos compañeros, podría ser raro como dos personas "desconocidas" a los ojos del mundo, tenían una conexión tan fuerte que no se rompía ni con el tiempo y la distancia que los separó en un momento, sin tener lazos sanguíneos, pero eso a ellos no les importaba, ambos vivían de esa forma sin que les importara lo que los rumores que se aproximaron podría ocasionar.

Al llegar a los establecimientos de héroes todo andaba normal y como era habitual ya Kirishima se hacía regañando al rubia por llegar tarde mientras Izuku los veía en un suspiro agotado, porque Kacchan no se quedaría callado.

—Izukuuu~~ —Musitó mina desde lejos prosiguiendo a acercarse con su sonrisa bien pronunciada de siempre — ¿Cómo te está yendo? — la felicidad de mina era desbordante cada vez que veía al pecoso mientras lo abrazaba con toda su fuerza, dificultando el oxígeno en los pulmones de chico. Mina —como muchos— le había agarrado un inmenso cariño,  que para ella se le hacía imposible no estrujarlo entre sus brazos sin importar que el ahora ella un chico adulto. 

En defensa de la chica, él era muy tiempo para este mundo, algo que a Izuku le avergonzaba mucho cuando lo trataban de lindo y esa cosas, llegando a disgustarle un poco, pero él no decía nada, solo la dejaba ser.

—B...Bien — dijo con el poco aliento que le quedaba.

Peleando tan temprano — Bromeó mirando a sus dos amigos 

—¡cállate! — dijo el cenizo con su respectivo tono gruñón de siempre.

Pero no te enojes —musitó la chica con una mirada de perrito regañado —Izuku bonito ¿Cómo puedes vivir con una bestia gruñona como Katsuki? —pregunto abrazándolo aún más fuerte.

—¡aléjate de él, lo estas asfixiando loca! — musitó con una voz demandante y una mirada que podía matar a cualquiera con solo verla. Las palabras que rápidamente había escuchado lo lleno de disgusto, la ira de Katsuki era notable en toda su cara, cada vez que ella se acercaba al pecoso y este se sonrojaba un sentimiento punzante en su pecho empezaba a crecer dentro de él mientras un tic nervioso se posaba en su ceja derecha.

No puedo vivir sin ti  (2#)Where stories live. Discover now