Devon Knight necesita casarse y renovar su imagen, tiene que encontrar a la mujer perfecta lo antes posible si no quiere perder a su hermano menor.
¿Podrá convencer a la ardiente pelirroja de casarse con él bajó sus propios términos?
¿O ella lo mand...
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Danielle
—¿Quién te crees para pedir hablar conmigo de esta forma?— Le inquiero molesta
—Lo siento mucho— Responde serio, su voz era profunda, causo un estremecimiento en mi espina dorsal— Quería hablar contigo, pero te perdí allá adentro
—¿Y por eso me asechas? — Alzo mi ceja derecha— Poco caballeroso de su parte
Suelta una risa y asiente— Lo admito, y me disculpo por eso— Tiende su mano esperando que la tomé y lo miro con el ceño fruncido— Soy Devon Knight
Tomo su mano insegura—Quien no sabría quien es usted, mujeriego millonario debería ser su nombre— Suelto su mano
Me mira divertido y niega— Que ingeniosa
—Por supuesto— Le dirijo una sonrisa y lo observo— ¿Por qué quería hablar conmigo?
—¿Te importaría acompañarme a mi departamento?— Señala su coche con su mano y le miró sería.
—No soy ninguna dama de compañía— Le reprocho, si este piensa que iré con él está muy equivocado— El que sea una modelo de lencería no me hace una scort
—No me refería a lo que estas imaginando— Me interrumpe, a pesar de ser noche pude ver un ligero sonrojo en su rostro— Quisiera platicar contigo, lo juro
Coloca sus manos en los bolsillos de su pantalón y me mira apenado, miro a su espalda y me percato de su coche estacionado, el chofer se encuentra fuera de el mismo viendo la escena, el estacionamiento está desierto, todo el mundo se encuentra dentro disfrutando la fiesta.
—¿Sobre que?— Le pregunto seria— No veo sobre que podríamos hablar
Me cruzo de brazos retándolo
—Quiero proponerte algo— Me dice serio— Pero este no es el lugar
—Ni el momento— Interfiero— Realmente estoy muerta, llevo en tacones desde las 6 de la mañana— Le digo cansada— Lo único que quiero es llegar a mi casa y morir
—Lo siento mucho, no lo imaginé— Pasa una de sus manos por su cabello e inconscientemente sonrío— ¿Podríamos hablar mañana tal vez? En mi oficina— Me tiende una tarjeta y la tomo dudosa.
Lo observo seria, no entiendo que quiere. Suspiro pesadamente, lo único que se me ocurre es algo con alguna línea de joyería.
—Bien— Asiento— Iré, pero sólo porque me carcome la duda— Le sonrío, él asiente en mi dirección y suspira
—Entonces te veo mañana— Doy la vuelta y lo dejo de pie en medio del estacionamiento, subo a mi coche y observo mi espejo retrovisor, no voy a negarlo, es un hombre apuesto.
Cabello rubio, contextura musculosa y brillantes ojos azules. Un adonis.
Río divertida, bien dicen por ahí, nunca digas de esa agua no he de beber. Hace un rato decía que era un hombre pomposo, pero aun así uno muy guapo.
