•TRES•

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Chittaphon sabia que el trabajo de su novia era agotador y más cuando le encargaban muchos diseños. Estos días él estaría un poco más lejos de casa pués realizaría algunas sesiones fuera de Tailandia. Estaba preocupado por dejarla sola cuando más estresada estaría, ya que siempre habían estado juntos en los momentos así.

La nocturna brisa de Hong Kong le recordaba a casa, habían pasado unos días y casi no había podido hablar con ella. Cerrando sus ojos Chittaphon rezaba para que ella contestara el teléfono, su preocupación aumentaba por cada segundo que pasaba.

Ocho llamadas fueron rechazadas, su hermana no había podido hablar tampoco con ella y entonces pensó en la única que por las horas que eran estaría aún con ella.

—Oh...hola Sunan—dijo cuando oyó la voz del otro lado.

—Hermano, ¿Se encuentra bien?—comentó—No suele llamarme...

—Lo siento pero estoy tratando de comunicarme con la señorita—respondió preocupado.

—Oh...emm...mi hermana me ha pedido no fuera hoy a trabajar—comentó.

—¿Sabes si ella está bien?—preguntó—No contesta mis llamadas.

—Oh, quizás apagó su teléfono, suele hacer eso cuando está en el taller—respondió.

—Esta bien, intentaré llamarla más tarde—comentó algo aliviado—Gracias por contestar...

—No se preocupe hermano, ella debe estar bien—argumentó—Si quiere voy a verla y le comunico que quería hablar con ella..

—No por favor, no quiero molestar, mejor intento luego de unas horas cuando llegue a Tailandia—comentó.

—Está bien, tenga un buen viaje—respondió la menor.

—Gracias Sunan, adiós—colgó el joven.

Chittaphon contempló la vista desde su cuarto, no podía dormir por la preocupación. Aguardaba con ansias el paso de las horas que le indicaban su vuelta a casa, a las ocho de la mañana tenia un vuelo hacia Tailandia y de allí mucho tiempo para pasarlo a su lado.

Antes de llegar a casa, Chittaphon había estado llamando a su novia, la mañana de otro día había llegado y Sunan le avisó que ella hoy no iría a trabajar. Quizás era buena idea ir a su casa a verla.

Llegando a la puerta él tocó varias veces el timbre, nadie parecía responder hasta que la puerta se abrió repentinamente dejando ver a la joven aún en pijama y algo adormilada.

—¿Quién molesta a estas horas?—se quejó la joven.

Chittaphon sonrió de alegría y la abrazó rápidamente entrando al departamento.

—Cariño te extrañé—murmuró.

—No deberías abrazarme—contestó—Estoy enferma y podría contagiarte...

—No me importa—agregó—Solo quiero estar contigo...

Chittaphon se separó de ella y arregló un poco sus cabellos, sonrió enternecido, la ropa suelta que ella usaba siempre que estaba en casa la hacia ver pequeña aunque él no fuera tan alto.

—¿Por qué no contestabas mis llamadas?—preguntó preocupado.

—No puedo hablar mucho—respondió.

—Eso no importa, no me interesa como suena tu voz—agregó viendola—Yo solo quiero saber que estás bien.

Ella bajó la mirada apenada, ahora él podía verla mejor, estaba algo pálida, tenía ojeras y su nariz estaba algo roja.

—¿Es una gripe?—preguntó.

—Si, no te preocupes—murmuró.

—Ve a recostarte, te prepararé algo—comentó.

La muchacha fué a su habitación y el joven se encaminó a la cocina no sin antes dejar su equipaje y avisar a sus padres que se quedaría a cuidar a su novia. Tras preparar una deliciosa sopa, Chittaphon fué a ver a la joven y la encontró profundamente dormida, tenia un poco de fiebre así que buscó algunos paños y preparó unas compresas frías.

—¿Porqué quieres cuidarme tanto?—preguntó la joven.

—Oh..estas despierta—murmuró el muchacho.

—Deberías estar en casa descansando—agregó.

—Estoy en casa—dijo viéndola—Y no podré descansar si sé que estás enferma.

—Chittaphon...—murmuró.

—Chittaphon nada—interrumpió y besó su mejilla—Duerme un poco, yo descansaré en el sofá un rato.

El joven alcanzó a levantarse de su asiento pero fué arrastrado hacia la cama frente a él, viéndola sorprendido y sonrojado entendió todo cuando la muchacha se recostó casi como un cachorro a su lado.

—Descansa aquí conmigo—murmuró—Te extrañé mucho...

Chittaphon no sabia cuanta alegría podía haber en su corazón, solo quería sonreír tras oír aquellas palabras y más cuando ella lo abrazó cálidamente. Si esto era por la gripe, él comenzaría a pedir para que se enfermara con más frecuencia.

AutumnWhere stories live. Discover now