El Primer Beso //Park Jimin//

💖Capítulo 11💖

Varias semanas después

- Don't you know I'm no good for you?
I've learned to lose you, can't afford to
Tore my shirt to stop you bleeding'
But nothing' ever stops you leaving' –Astrid cantaba con los ojos cerrados mientras se relajaba acostada en el sofa de la sala.

Por otro lado, Amanda la veía con una sonrisa. Hace poco que había llegado a su hogar y al escuchar la preciosa voz de su hija, evito por completo hacer cualquier ruido que pudiera interrumpirla. Han pasado muchos años desde la última vez que la escucho cantar. Y volverla a oír, le llenó de una increíble felicidad.

- Quiet when I'm coming' home and I'm on my own
I could lie, say I like it like that, like it like that
I could lie, say I like it like that, like it like that –sin saber que su madre la escuchaba, siguió cantando.

Su progenitora se acercó con cuidado hasta llegar a su lado y con cuidado, se colocó en cuclillas.

- Don't you know too much already?
I'll only hurt you if you let me
Call me friend but keep me closer
And I'll call you when the party's over –una lágrima rodó por su mejilla. Adoraba esa canción. Y le era imposible no sentirse nostálgica cada vez que la escuchaba o cantaba.

Amanda sin dudarlo limpio aquella lagrima, logrando aquello hacer que Astrid abriera sus ojos de golpe. Pero se tranquilizó al ver que se trataba de su madre.

- Me asustaste mamá –dijo sonriendo mientras se sentaba.

- Perdóname mi amor –se sentó a su lado y llevó unos mechones detrás de su oreja-. Te escuche al entrar y no quise interrumpirte. me siento feliz de oírte de nuevo.

- Lo sé. Pero, sabes que prefiero cantar al estar sola.

- O cuando Jimin está a tu lado.

La castaña desvió su mirada y se quedó en silencio por unos largos minutos. Porque si, su madre tenía razón. Ella amaba cantar cuando estaba sola, pero amaba mucho más cuando su mejor amigo la animaba a que cantase para él. Ya han pasado varias semanas desde la última vez que lo vio. Y eso fue precisamente en el último día de clases. a partir de ese momento, no volvió a verlo o siquiera a tener esas conversaciones que duraban horas. Era doloroso ver que muchas cosas habían cambiado.

Pero lo que más le dolía, era que de unos días para acá, Jimin empezó a tratarla con indiferencia. Todas las noches terminaba martillándose la cabeza al preguntarse qué pudo haber pasado para que él tuviera esa repentina actitud con ella.

Amanda notó los ojos de su hija cristalinos y comprendió que no se encontraba bien. Entendía que la amistad de Astrid y Jimin había cambiado.

- Cariño, ¿te parece si hacemos una torta de chocolate? –preguntó su progenitora tratando de animarla.

Su hija regreso su mirada hacia ella y asintió con una pequeña sonrisa.

- Bien, déjame cambiarme y regreso enseguida –beso su frente antes de subir las escaleras.

Astrid soltó un suspiro y se dispuso a ir a la cocina para adelantar algo. Después de todo, algo dulce no le vendría mal. Aunque antes de cruzar el umbral de la cocina, el teléfono de su hogar empezó a sonar. Fue hasta él y contestó.

- ¿Hola?

- ¡Astrid! –exclamo Billy al otro lado de la línea provocando que ella se sobresaltara en su lugar.

- ¿¡Por qué siempre tienes que gritar!? Por poco me provocas un infarto.

- Exagerada.