C O N T R O L | Levixreader

La Mafia Rosa Blanca

La nieve cae durante una tormenta, cubriendo suelos, tejados y entradas.

Entre la extensión de la muralla María, existe un departamento de viviendas juntas. Mero disfraz para dar hogar a los funcionarios de la Mafia Rosa Blanca, una organización secreta muy poderosa, al igual que peligrosa.

En el interior, el Mayor Barón Fletcher, jefe del área de experimentos de la Mafia, apreciaba la tormenta desde la ventana. Con una bata blanca, un lente en el ojo derecho, una expresión seria, era calvo y ojiazul y estaba en compañía del comandante Olcroft, presidente de la Mafia Rosa Blanca, un adulto más joven y de cabellos dorados, largos y lacios.

-Está más que lista, es la mejor legión de agentes que la Mafia Rosa Blanca ha producido en los últimos cien años- dijo Olcroft.

-¿Qué prosigue, comandante?- preguntó el científico, Mayor Barón Fletcher.

-Iniciar el chip neurocognitivo- 

Más de veinte personas de entre 19 y 20 años fueron sentados en ciertas cillas metalicas. Ellos eran la nueva legión de agentes de la Mafia, su élite de protección, letales, entrenados desde la infancia con un riguroso e inhumano entrenamiento de formación militar.

-Dominan más de cinco idiomas- presenta Fletcher mientras camina frente a ellos, exponiendo la nueva legión ante el jefe Olcroft quien los miraba con detenimiento a cada uno.
-Dominan decenas de artes en defensa, se esconden a plena vista, pueden ser quien les digamos que sean, derrocarán a la corona en un santiamén y nadie lo sospecharía-

Olcroft y Fletcher se detuvieron frente a una mesa de madera, que presentaba ciertos círculos metálicos, no más grandes que la llema de un pulgar y con una luz parpadeante.

-Los Chips Neurocognitivos, impiden que sientan como una persona normal, les hace completamente obedientes al controlador y borra cualquier relación con la zona del hipotalamo, eso quiere decir, que también erradica las emociones en ellos-

Olcroft asiente
-¿Ya funcionan?-

-Todos y cada uno, es tiempo señor-

Olcroft volvió a asentir y señaló a la legión
-Colóquenlos-

Dada la orden, los funcionarios tomaron un chip para luego posicionarse detrás de cada miembro de la nueva legión de jóvenes agentes. Ellos se veían nerviosos pero serios. Todos y cada uno habían sido criados para ser armas, como martillos para quienes todo es un clavo.

Adiós a lo que les quedaba de humanidad en cuanto el chip tocó sus nucas. Este se aderió y dejó de parpadear, y enseguida entró en contacto con toda la zona cognitiva del cerebro de la persona, apagando las zonas que le da a la persona control sobre sus decisiones y emociones.
Cual Robots, se apagaron y reiniciaron. La Legión de Agentes, estaba lista para obedecer.

-Aquel que accione el chip, es el controlador, así que, jefe, cuando quiera- invitó el Mayor Fletcher.

Olcroft accionó todos los Chips con un grito alto y fuerte:
-¡Arriba!-

Como si de máquinas se trataran, todos los agentes se pusieron de pie y miraron al frente, con la mirada vacía. Hicieron un saludo golpeando su puño con su pecho y la bajaron-

-¡Agentes listos para obedecer!-

La Legión de Reconocimiento estaba expandiendo sus integrantes, pues ahora tenían un nuevo capitán, de nombre Levi Ackerman, ahora bajo el mando del comandante Erwin Smith.

-Apenas la escuela de entrenamiento militar produzca sus reclutas de último incurso, podrás ver los expedientes de los que eligieron a la Legión de Reconocimiento- habló el comandante para el nuevo capitán.
-Entonces escogerás a cinco-

-¿Quienes yo quiera?- preguntó el capitán con una expresión de seriedad total. El comandante asintió.

-Bien- Levi se giró para irse de ahí pero las últimas palabras de Erwin lo detuvieron por un segundo.

-Lamento lo de tus amigos-

Levi dejó salir un suspiro lleno de odio y salió de ahí.

La tensión en la Legión de Reconocimiento motivaba un pasado doloroso en el nuevo capitán. Sin embargo, eso no impedía los excelentes resultados en él.

La Legión era su vida ahora.

-La Mafia Armada está planeando un ataque en contra de la corona- habló un hombre del consejo.

Estaban en una mesa redonda, en medio de una importante junta, en la cual el jefe de la Mafia Rosa Blanca y su consejo, discutían la toma de decisiones.

-No saben lo que tenemos ahora, podríamos enviarles a la legión de agentes para su ayuda- habló otro hombre.

-No, la legión seguirá siento un secreto hasta que estalle la guerra- afirmó Olcroft.
Él es un hombre sumamente alto, de traje negro, ojos azules, cabello largo y rubio. Una mente maestra para los negocios y la lideración, así como la estrategia.

-Una alianza con la Mafia Armada, nos beneficiaría en tiempos difíciles- alegó el consejo.

-La alianza no se hará por medio de mi legión, es indiscutible- negó Olcroft.

-En otros asuntos, el laboratorio notificó que está listo para avanzar con ciertos especímenes más "avanzados", señor- anuncia otro hombre.

-¿"Mas avanzados"?, ¿supone que es hora de comenzar con los experimentos en humanos?- dice alguien más.

-Así es, y permitanme expresar que no podría estas más de acuerdo... es tiempo de dar un paso arriesgado, director Olcroft, para mantener a la Mafia Rosa Blanca en la cima para siempre-

-Y supongo que usted siendo un gran partidario de los experimentos con humanos, estará dispuesto a ser voluntario- habló el jefe sembrando el miedo y el silencio en la mesa.
-Jefe de entrenadores, ¿qué opina?-

-La legión fue algo que tardó quince años en producir resultados, hoy en día es nuestro mayor orgullo, si lo echamos a perder, no habrá clon que valga igual-

-Estoy de acuerdo- asintió el jefe.

-Sin embargo... uno no vale lo mismo que todos- prosiguió el jefe de entrenadores.

El jefe Olcroft lo miró durante unos segundos hasta bajar la mirada y tomarse las cienes
-Toma a el o la mejor agente que esta legión haya producido y llévalo al laboratorio para un análisis, veremos si es suficiente y si sobrevive a los experimentos, y si es positivo, tal vez, solo tal vez, sometamos al resto, ¿objeciones?-

Todos negaron.
-Bien, dejen a la Mafia Armada hacer sus revuelos sola, y concéntrense en la legión ahora-

Siendo así, la reunión quedó sin asunto alguno y dejó que cada quien se fuera por su lado, dejando solo al jefe que veía los expedientes de cada agente a su mando.

-Señor- habló una voz, era el jefe de entrenamiento una vez más.
-La agente 13, Daira Earhart, de 18 o 19 años, demostró la mejor habilidad entre sus compañeros, le costó muy poco la adaptación a cada arte marcial al igual que en el manejo de armas, puede leerlo todo en su expediente de seguimiento-

-Llévenla al laboratorio, y espérenme ahí-

-Sí señor-