El punto. [ Bangtan ]

07

Pequeña tierna sonrisa acorazonada.

Dulces hoyuelos encima de esta.

Cara alargada y ojos brillantes.

Un nene de ropas grises y complexión delgada, con próxima educación militar desde tan corta edad. Esa, era una corta descripción de nuestro pequeño Jung HoSeok. Oh, mi pequeño HoSeok, niño de grande corazón y sentimientos sinceros.

Una completa pena que este muerto.

Asesinado a sangre fría por su padre, aquel hombre el cual después de hacerlo, no recibió pena alguna, nunca se supo de que forma lo mató, después de todo, su cuerpo nunca fue hallado.
El nombre de Jung HoSeok, actualmente no le pertenecía a ningún chico de ese distrito, y el único, estaba registrado como muerto, y había algo, que por ser pobre, se le fue completamente negado.

Justicia.

Nunca se le brindó la justicia que merecía, a aquel pequeño de escasos tres años asesinado una tarde de febrero. Unos días antes de cumplir los cuatro.
Después de todo ¿Qué tan importante es una muerte de esta pobre gente? Nada, no vale nada.

Las únicas testigos de tal atroz acto fueron su hermana mayor y su madre, quienes fueron las primeras y las únicas en ir a declarar.

Pero...

Sus voces nunca fueron escuchadas.

Los más altos cargos estaban más ocupados tratando de solucionar sus problemas de primer mundo que de resolver un caso de miles de la clase más baja de la jerarquía. Lo único que obtuvo la familia Jung, fue una hoja de papel que mencionaba la reciente muerte del niño y el que ya estaba registrado.

Una completa pena, y una muerte que nunca fue escuchada. Los probables gritos del pequeño fueron callados en el momento en que los más altos mandos cerraron la carpeta de aquel crimen.

O bueno...

Eso era lo que los vecinos contaban en su antiguo vecindario.

•

- Hoseok, apúrate, mierda, no puedo cargar esto sola. - Insistía la bonita chica de a penas 23 años de edad, mientras cargaba una canasta llena de manzanas con dirección a la casa en la que vivían junto a sus padres y su hermano menor.

HoSeok rió y rápidamente se fue a un lado de su hermana, para ayudarla a llevar la canasta que sus padres les habían encargado. - Ya, ya, no seas llorona.

Y entre sus brazos cargó la canasta llena de manzanas para llevarla a su hogar.

Ambos llegaron a su hogar, en uno de los lugares más alejados de su distrito, encontrando a su madre cocinando y a su padre limpiando el piso del lugar.

- Hola, papá. - Saludó el chico a su padre con un beso en la mejilla y después yendo a la cocina para dejar las manzanas, haciendo lo mismo con su madre. - Hola, mamá. - Y dejó la canasta en la mesa de madera. - Conseguimos diez, a penas, la señora Min hizo un intercambio con nosotros. - La mujer se acercó a su hijo, viendo que era cierto lo que decía, pero notando a la vez, algo faltante en su cuello.

- Tu collar... - Mencionó la mujer pasando su mano por el cuello de su hijo.

El joven sonrió levemente tratando de calmar a su madre. - Ella quería un regalo para su nieto. - Sujetó la mano de su madre y la apretó un poco entre la suya. - Nosotros necesitabamos manzanas. Fue un trueque. - Y dejó un pequeño beso en la mano de su mamá.

Ella suspiro resignada y solo dijo. - No debiste. - Se separó de su hijo y regresó a la poca comida que estaba cocinando. - Trae a tu padre y a tu hermana, hoy comeremos.

El chico asintió y fue por ellos.

•

Al terminar de comer recogieron los platos sucios, llevándolos al fregadero, mientras hacían eso, el señor Jung mencionó.

- HoSeok, necesito hablar contigo. - El chico asintió y fue con su padre al dejar su parte en la cocina, hoy le tocaba a su hermana lavar.

Se sentó en el sillón frente a su padre, esperando que este empezara a hablar, su madre igualmente, se sentó a lado de su padre.

- Quiero... Bueno, mejor dicho, queremos tu madre y yo decirte que... De ahora en adelante tus salidas estarán contadas HoSeok. - Mencionó su padre dejándolo estático más no sorprendido, era algo que ya se esperaba desde que sus padres le contaron la historia que se montaron cuando a penas era un niño, para salvarlo del régimen que tendría que cumplir a los 5 años por ser el hijo segundo de una familia pobre. - Después de que cumplas los dieciocho no podras salir como ahora, te tendremos que manetener en este lugar hasta que sea seguro salir. En... Mi trabajo, nos mencionaron algo que aún no han dicho. Soldados estarán vigilando cada día después de que den por inicio el nuevo sistema, las cosas cambiaran, hijo, lo más probable es que si te llegan a ver, te pregunten tu nombre y te lleven con ellos al ver que ni si quiera estas registrado.
Sabes por qué lo hicimos, no es así? - HoSeok asintió y el hombre suspiró. - Ellos saben que hay chicos como tú, y más en lugares como este, no eres el primero, hijo, y no serás el último. Esa gente los esta buscando y por eso estarán por aquí. Queremos protegerte, HoSeok, y lo mejor será que te quedes aquí. No para siempre, pero si por un largo tiempo.

El chico bajó la mirada y simplemente asintió. No era algo que le gustará, pero sabía que tenía que hacer.

El estaba seguro en no querer servir a esa gente.

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mmm creo q falta aclarar algo q no puse.

El país esta dividido por una jerarquía, en la punta esta la gente privilegiada, en medio esta la gente que no tiene tantas posibilidades como los privilegiados pero tampoco estan en lo más bajo, y al final están los pobres y los que nadie toma en cuenta.

En el último está HoSeok.

Cada tipo de gente se diferencia por el distrito en el que vive, por lo tanto, en donde vivían los Jung era de los más pobres del país, a esa gente se les tiene estrictamente prohibido tener más de un hijo, pero si desobedecían esto, a los padres se les quitaría a sus hijos para que estos sean parte de una base militar (es muy discriminatorio, lo sé). Por lo mismo sus padres montaron ese show del "asesinato" porque sabían que nadie los tomaría en cuenta y no les pedirían el cuerpo si solo decían que no sabían donde el asesino se lo había llevado, bn turbia la mondá.

ysi, eso, pronto empieza el fic en sí, chao