42. Un rayo de Sol

2.5K 307 150
                                    

[Park Jimin]

El corazón golpeaba con fuerza mis costillas, podía sentir una ternura compleja esparcirse por todo mi cuerpo, algo que nunca antes había experimentado. Esa tranquilidad de que ahora, nada ni nadie va a lograr lastimarte, no mientras ella siga viéndome con todo ese cariño; crecí sin una figura materna, quizá era por eso mismo que se sentía tan extraño saber que en realidad alguien me estaba mirando como si estuviera dispuesta a dar la vida por mí, porque yo soy todo lo que importa en su mundo. Escuché que Gong  se ponía de pie con lentitud, como si él también estuviera disfrutando de este momento y tratara de ser parte de él por unos segundos más.

Cogió su pesado abrigo y me dio un par de palmadas en el hombro antes de caminar rumbo a la salida para cederle a Mademoiselle este momento. Se miraron brevemente cuando él pasó a lado de ella, se dieron un respetuoso asentimiento de cabeza y luego Gong desapareció por la puerta, sin decir nada más. Ella todavía se quedó de pie en donde estaba, incapaz de moverse hacia a mí, dudando que su aparición fuera bien recibida.

Pero al ver que yo también estaba a la expectativa, decidió caminar los pasos que la separaban de mí para sentarse en donde momentos atrás había estado . En todo momento mis ojos la siguieron, como temiendo que ella volviera a desaparecer si la descuidaba un poco. Mademoiselle siempre me había parecido una mujer sumamente hermosa, con su espeso cabello castaño, quebrado hasta los hombros y rebelde sin remedio. Con sus expresivos y bonitos ojos dorados y su perfecto acento francés que tanto me gustaba, pero ahora me parecía más asombrosa que antes, siempre la había admirado en todo sentido y me sentía realmente orgulloso de poder decir que una mujer así era mi madre.

—Entonces...— Dije con voz suave, ella tampoco había quitado sus ojos de mí, como si también temiera que en cualquier momento me volvieran a alejar de ella.— ¿Tú realmente eres mi... madre?

Ella asintió lentamente, en el proceso una pequeña sonrisa se formó en sus labios y dejó al descubierto los adorables hoyuelos en sus mejillas.

—¿Te decepciona mucho que sea yo?— Preguntó en un hilo de voz, poniendo aquella mueca de preocupación que yo mismo había heredado.

—No, me sorprende— Confesé con toda la sinceridad que tenía y Mademoiselle pareció más tranquila. Pronto me apresuré en agregar:— Gong me contó porqué tuviste que dejarme.

Un suspiro lleno de frustración escapó de sus labios pintados de rojo carmín, apretó entre sus dedos el pañuelo de tela que llevaba en las manos y su mirada pareció ensombrecerse con los fantasmas del pasado. Al igual que Gong, eso la hizo lucir más cansada, un poco más pálida de lo que había llegado; había tanto dolor en sus ojos que en algún punto, también se hizo doloroso para mí.

—Mi padre era un hombre peligroso, alcohólico— Había cierta amargura en su voz al hablar de su padre y sólo entonces entendí porque antes no había querido mencionar nada de su pasado.— Madre lo soportaba porque no tenía ningún otro lugar a donde ir y yo... bueno, yo crecí entre animales exóticos, vagones de tren, payasos y trucos de magia, no conocía nada mejor, luego...

—Conociste a Gong.

Agregué rápidamente, conociendo muy bien esa parte de la historia que Gong me había contado con anterioridad. Ella sonrió, un tanto feliz, un tanto nostálgica, veinte años parecían ser toda una vida para ella y sólo entonces, me permití imaginarla con aquellos atuendos coloridos que las bailarinas de Medio Oriente utilizaban, a Gong como un hombre un poco menos viejo de lo que era ahora, completamente obsesionado por la bella chica del acto principal de un circo. Su historia era un poco parecida a Water for elephants, pensé que después podría contársela a Yoongi.

Like a girl; JimSuWhere stories live. Discover now