𝐕𝐈𝐂𝐓𝐈𝐌; shigaraki tomura

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THE MILLION MEN GIRL
"𝘪 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘧𝘦𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘪𝘯"

APENAS ES UNA NIÑA pero eso no parece importar demasiado. Dibuja una casa, la niña a su lado dibuja un león. No le han dado permiso para hablar así que Kira no sabe su nombre, solo sabe que dibuja bien y que tiene suerte de que el hombre de ojos crueles no tenga interés en ella. Él se acerca a ella y le tiende una mano, Kira sabe lo que va a ocurrir pero también sabe que no puede hacer nada para evitarlo.

La habitación a la que la lleva huele a sangre y a desinfectante de manos, allí solo hay una cama y una puerta que conecta a un baño. El hombre de ojos crueles, el monstruo -como Kira lo llama en un frágil intento de buscarle sentido a su vida en los cuentos infantiles que lee-, le acaricia el cuello. Kira está aterrada. Apenas es una niña, tiene diecinueve años pero no ha tenido la oportunidad de crecer así que sigue comportándose como una niña a pesar de que Chisaki no pare de recordarle que ya no tiene el cuerpo de una.

Nunca le mira a la cara mientras lo hacen, le pide que se tumbe boca abajo y abra las piernas, Kira lo hace. Chisaki se coloca sobre ella y Kira contiene el aliento. Se pregunta si aquello es en verdad el único amor que puede recibir, el único amor que se merece; pero después de besos, golpes y promesas susurradas como amenazas, Kira había aceptado que aquello era amor. El único amor que jamás tendría, así que antes de vivir sin amor prefería agarrarse a ese sentimiento agónico, por muy falso que este fuera.

Su madre no la había querido y quizás aquella era la principal verdad que Kira se había esforzado en ocultar. Su madre no la quería, por eso la había vendido en cuanto surgió la oportunidad. Kira lloró y gritó mientras se la llevaban de la misma manera que ahora gritaba y lloraba mientras Chisaki se corría.

En las historias infantiles que Kira lee, las únicas que Chisaki le proporciona, la princesa siempre es rescatada por un valeroso guerrero de las manos del monstruo que la tiene retenida. Pero Kira sabe que no es ninguna princesa que rescatar, es la niña vendida por su madre como si de un trapo viejo se tratase. Así que, cuando el aire se cubre de polvo y azufre y un gran boquete se abre sobre la cama en la cual ha sido violada hace un par de horas Kira siente miedo. Una chica rubia con uniforme escolar y una inmensa sonrisa acompañada por un hombre vestido en un traje monocromático entran por el agujero y, sin molestarse en hablar con ella, se la llevan al exterior.—Vamos Twice, no tenemos tiempo que perder.—

Twice la lleva cargada en sus brazos, está cubierta de vendajes y es incapaz de entender todo aquello que ocurre a su alrededor. El sol del día la ciega después de vivir años solamente con luz artificial, cuando su vista se aclara Kira mira a su alrededor con una mezcla entre terror absoluto y curiosidad.—Yo soy Himiko Toga y este es Twice, somos de la Liga de Villanos. Será mejor que nos vayamos rápido antes de que nos encuentren los héroes. —

Los tres se dirigen a un callejón alejado de allí, Kira no opone resistencia alguna, sabe por experiencia que los mejor es cerrar los ojos y esperar a que todo pase. Una vez en el callejón Toga hace una llamada por teléfono, la menciona a ella, menciona a Chisaki de una manera que le hace helar la sangre. Toga la mira a los ojos. —¿Oye, como te llamas?—

Kira se encoge sobre sí misma, Chisaki no le ha dado permiso para hablar por lo que tiene miedo de lo que le pueda hacer si lo hace. No sabe dónde está ni que ha ocurrido con él, no sabe si ha muerto en la explosión o si esos dos desconocidos lo han matado, solo sabe que el miedo que siente hacia él no desaparecerá aún después de que haya muerto, no desaparecerá nunca.
Toga deja a un lado el teléfono para acercarse a la joven, esta apoyada en la pared, sin saber bien qué hacer; para el desconcierto de Kira, la rubia le sonríe amable y le extiende una mano. No habla, tiene demasiado miedo como para hacerlo.

—Parece que no quiere decirme su nombre, bueno, ya nos lo dirá.— Toga sonríe mientras habla por teléfono y Kira se encoge aún más sí misma. Un portal oscuro se abre al final del callejón, Toga se acerca guiando a Twice. Estaba aterrada, no debería de estar haciendo aquello, seguro que Chisaki la estaba buscando enfadado, Kira sufría mucho cuando él se enfadaba, ella no quiere ni imaginar lo que le hará él al saber que había interactuado con otras personas aparte de él. Quiere retroceder y volver a su habitación, espera saber volver a casa desde allí, pero ellos no le dejan, la empujan y antes de que pudiera siquiera darse cuenta, atraviesa el portal.

El bar está oscuro, aquellas lámparas no eran suficientes como para iluminar todo el local, eso le da un aspecto tétrico que habría asustado a cualquiera, pero Kira se ha criado en un lugar todavía más tétrico así que allí no se siente mal. Aún así está asustada, está en un lugar que no conocía y sin forma aparente de volver a casa; además está el hecho de que había más gente allí, no eran muchos, siete personas había en total aparte de ella, contando a Toga y a Twice. Había un lagarto gigante, un hombre con la cara hecha de un humo extrañamente parecido al del portal, otros dos hombres más, uno con una máscara y el otro con costuras en la cara, también había una chica, o un chico, no sabría decir cual era su sexo. Twice se fue a hablar con el lagarto y Toga guio a Kira hasta la barra, detrás de la cual estaba el hombre con la cabeza de humo. Todos la miran, a ella y a su pijama rosa de conejitos. Kira sabe que es lo que quieren, lo mismo que Chisaki quiere de ella más allá de su cuerpo. Poder, todos quieren poder.

ᴀᴜᴛʜᴏʀ's ɴᴏᴛᴇ

Hey! Qué tal os va la cuarentena? Por aquí ando estresada y la convivencia es difícil por lo que no sé como lidiar con Wattpad y con mi familia. Normalmente escribo de noche, es cuando me gusta hacerlo, pero mi tia y mi abuela están con nosotros durante la cuarentena por lo que se están quedando en mi habitación y yo me veo obligada a dormir con mi madre así que no puedo escribir. Esperaba poder aprovechar estos días para actualizar todas mis historias pero con todo esto no sé que va a pasar.

Espero que vosotros estéis bien, un fuerte abrazo desde aquí. Adiós!