Las mil vidas

CAPITULO III

Cuando desperté, veía la vida de aquel humano, sus primeros logros... Sus llantos al nacer, la alegría de sus padres al escuchar sus primeras palabras, la motivación de ellos para que aprendiera a caminar, el amor de una familia. En sus recuerdos siempre estaban sus padres, siempre felices, aprendiendo cosas nuevas, llenas de risas y llantos, era una vida tan linda. Al volver, a simple vista se veía una mujer que parecía como si estuviera gritando y llorando mientras me acariciaba el pelo, extrañamente no podía escuchar ni sentir nada, solo una gota corría por mi cara y mi respiración agitada, algo en mi quería gritar pero estaba tan adolorido que solo podía soltar lágrimas. Me levantaron en una camilla subiéndome a una ambulancia junto a aquella madre desesperada con sus ojos manchados por su maquillaje de tanto llorar. Mi corazón poco a apoco iba lento y mi garganta se cerraba, lo único que pude decir fue:

- Mamá... - mientras mis ojos se cerraba y era expulsado de aquel chiquillo.

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Viajando unas horas llegué a unas viviendas muy grandes y lujosas, donde un caballero con ropas blanca con bordados flotaba en una piscina, todo se veía costoso y el hombre se notaba que era una persona multimillonaria. Cuando entré, desperté con una gran tos y con todas mis fuerzas intentaba respirar, dirigiéndome a la escalera más cercana.

Cuando salí todo empapado me senté en una silla y cerré los ojos para recordar. vi miles de aventuras con muchas mujeres, tráficos de drogas y armas con grandes empresas, maltratos a gente incluso que causaban hasta la muerte, era un hombre egoísta, cruel, codicioso, abusador y manipulador. Algunas de sus aventuras con distintas mujeres las compraba o ellas se interesaban por su dinero, pero él a veces las maltrataba y las trataba como objetos, mostrándose muy posesivo con ellas, hasta incluso llegar a matar a aquel que las tocara. Sólo le importaba él mismo y si algo no salía como él quería no tenía miedo en apretar un gatillo.

Una voz femenina me desconcentró, era una mujer joven muy sexy dirigiéndose a mí:

-¿Se encuentra bien , mi bombón?

-Sí, solo me duele la cabeza, tráeme algo para el dolor. -algo en mí hizo que respondiera de esa forma.

La muchacha se fue caminando de una manera como si estuviera en una pasarela, mientras yo cerraba mis ojos para seguir recordando. Vi como malgastaba el tiempo en eventos exclusivos y en planes de negocios, hasta que encontré un recuerdo intenso, estaba en la terraza admirando mis riquezas con un vaso de whisky, mientras una mano desconocida tapaba mi boca con un pañuelo con cloroformo y me desmayé, lo último que sentí fue el agua que entraba por mis conductos nasales.

Cuando la chica apareció con un vaso de agua con unas pastillas dentro inmediatamente me tomé el vaso al seco dándome una sensación de lentitud.

-¿Qué es esto? - cayéndome de la silla sin poder moverme.

-Adiós bombón.

La vi marcharse con una vista nublosa mientras mis parpados se iban sellando y una especie de espuma salia por mi boca. Salí volando de ese cuerpo viendo aquella joven riéndose a lo lejos.