Capitulo 15: no es importante ¿cierto?

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Acabó estando en medio de una conversación entre Denki, el rubio con la mecha color negro, y Kirishima

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Acabó estando en medio de una conversación entre Denki, el rubio con la mecha color negro, y Kirishima. Se sentía un estorbo, puesto que no pronunciaba palabra alguna, pero la paciencia le jugó en contra cuando no pudo soportar un quejido más. Estaría con ellos por un rato, pero luego escaparía con el dúo extraño de Izuku y Rin.

Hablaban mientras la profesora de literatura explicaba, y eso no hacía más que molestar al rubio. No solo porque interrumpían su clase favorita, sino que también estar escuchando al chico Pikachu hablar tan a gusto con Eijiro le causaba un dolor en el estómago, un malestar distinto a los que alguna vez había sentido. Hablaron y hablaron hasta que la profesora, finalmente, los calló.

"Gracias Jesucristo", se dijo a sí mismo.

La clase transcurrió y Bakugou acabó concentrándose más en cómo el pelirrojo escribía que en su libro de Stephen King. De perfil se veía extrañamente lindo, y adoraba ver aquellas muecas de "no entiendo una mierda, me perdí" que Kirishima siempre ponía.

Su imaginación dejó de volar cuando Denki lanzó un pequeño papel directo hacia el rostro de Eijiro, cayendo así sobre el suelo.
La intriga que Bakugou sentía era inmensa, y ésta se habría descontrolado de no ser por el timbre que le hizo volver a la realidad. Se levantó rápidamente de su asiento, y básicamente caminó a paso rápido hacia el aula de al lado, donde Kiyominara y Midoriya tenían clases.

Allí todos salían a corridas, como si no quisiesen perder ni un solo segundo del receso tan valioso que tan solo tenía quince minutos. Luego de unos minutos, salieron dos personas conversando tranquilamente. Eran Izuku y Rin, quienes al ver a Bakugou caminaron hacia él mientras lo saludaban.

— Katsuki... pensé que vendrías con Kirishima. —dijo Rin, quien golpeó varias veces el hombro del rubio; seguramente para burlarse un poco de su soledad.

— Está ocupado con su nuevo amigo. —bufó. Se notaba a quilómetros que le molestaba aquel hecho, pero el dúo se las arreglaba para fingir no notarlo—. Es muy molesto...

— Bueno, es verdad que Kirishima estuvo haciendo muchos amigos. —pensó Izuku, ganándose la atención del rubio en segundos.

— ¿... Sabes quiénes son?

"¿Qué le pasa a este?", pensaba el pecoso—. Claro que no, ¿cómo habría de saber?

— ¿Y cómo sabes que hizo nuevos amigos, idiota?

— Ey ey ey, cálmense par de tontos. —los detuvo la castaña—. Bakugou, es tan fácil como preguntarle a Kirishima y ya. No es para tanto.

— Tsk. —se quejó, y así acabó su conversación. Una charla tan corta, pero molesta a su vez.

Se marchó tras notar la falta de información que ambos amigos tenían, y no los culpaba: el rubio sabía que pedía mucho, pero qué más daba. Él quería saber, por más que intentaba constantemente olvidar sus sentimientos.

Sin embargo una escena le causó un terror inexplicable, dejándolo inmóvil en su lugar.

No pensaba que Kirishima y Kaminari estarían hablando tan tranquilos con la muchacha; por el contrario, no podía imaginar a Eijiro hablar con la chica que había privado a Katsuki de todo y todos.
Camie sonreía junto a ambos chicos. Parecía que les estaba entregando algo, pero ¿qué era? Bakugou no podía mantenerse tranquilo.

Pero... ¿Y si eran trabajos? ¿Simples exámenes? ¿Alguna tarea o comunicado para el profesor y sus alumnos? Seguro lo estaba malinterpretando. Por más que nunca le había mencionado a Kirishima el nombre de Camie y lo que le había hecho, era imposible que ambos junto con Denki estuviesen hablando, puesto que la muchacha era de otra clase, una que nunca se relacionaba con la D. Era imposible, un hecho que nunca sucedería o superaría el límite de "simples conocidos".

Decidió restarle importancia. Se dio cuenta de que él no era quién para decidir con quién se relacionaba el pelirrojo, mucho menos era alguien apto para mencionar su gran amistad como algo privado o solo de ellos dos.

Eran compañeros, mejores amigos, y eso eran. Nada más. Nada fuera de lo común, nada que fuese solo de ellos.

Era una amistad, y ver a Kirishima hablar con Camie no era más que una casualidad. No era importante.

Se marchó, conteniendo las ganas de gritarle a la morena que se marchara hacia el recreo y que dejase en paz a su mejor amigo.
No era su problema, no debía meterse.

Y mucho menos era algo de que preocuparse.


...

Solo Sigue las Reglas - KiriBaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora