Capitulo 3

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— Vamos chicos, arriba.

Me levanté sobresaltado y con el corazón latiéndome a mil por hora, me había quedado dormido con Atthaphan encima, pero ¿Por qué no sentía su delicado cuerpo sobre mí? ¿Por qué mi padre hablaba con aquél tono tan tranquilo cuando debía habernos descubierto durmiendo desnudos y abrazados?

Mis preguntas fueron contestadas cuando conseguí enfocar mi vista.

Mi hermano menor, más avispado que yo, debió esperar a que me durmiera entre lágrimas para recoger nuestras ropas, subirme los pantalones y ponerse él los suyos para tumbarse a mi lado en la cama y arroparnos a los dos, dando la tierna imagen de dos hermanos que habían dormido juntos tras la fatídica noticia de que su madre estaba enferma.

—  Me alegra ver cuanto se apoyan, hijos, en estos momentos es cuando más unidos debemos estar — dijo mi padre emocionado.

Observé la cara de Atthaphan, que le devolvía a nuestro padre una sonrisa cansada e inocente.

—  Nunca lo habíamos estado tanto — concluyó.

Los ácidos se me subieron a la garganta ¿Cómo podía ser tan descarado? Pero tampoco era plan de echarle la culpa a él, todo había sucedido por mí, por mi maldita mente enferma.

—  Voy a hacerles el desayuno, los espero abajo — dijo mi padre forzando una sonrisa.

Estaba orgulloso de nosotros, yo lo sabía, y no quería que aquello cambiase.

Me llevé el antebrazo a la cara, tapando mis ojos, ¿Qué demonios había hecho? Estaba jodido de la cabeza, de eso no había duda.

Me vinieron a la mente las duras palabras que le solté a Tay el día anterior ¿Cómo podía haber sido tan hipócrita?

¿Cómo podía haberlo acusado de estar enfermo cuando después yo había hecho "aquello" con mi hermano?

—  Pii — escuché la tierna voz de Gun.

¿Por qué se me hacía raro escucharlo así y llamándome de aquella manera? ¡Ah! Ya sé, porque nunca lo había hecho hasta la noche anterior.

Sentí sus bracitos rodeando mi cuello mientras volvía a ponerse encima de mí, sentí su pecho desnudo y cálido contra el mío, haciendo que mi corazón se acelerase, sus labios rozaron con los míos, dulces, blandos, deliciosos, pero entonces un miedo horrible a ser descubierto por nuestro padre me invadió haciendo que mi estómago diese un brinco.

—  ¿Qué haces Atthaphan? ¿Te has vuelto loco? Papá podría entrar en cualquier momento — dije de malas formas apartando sin delicadeza al pequeño.

Aquello pareció ofenderlo hasta el extremo, ya que se levantó como una exhalación y salió de la habitación dando un portazo.

Vale, tampoco me comporté de la forma más caballerosa del mundo, teniendo en cuenta que la noche anterior lo había desvirgado, pero no supe actuar de otra forma, los pensamientos y los sentimientos no cambiaban ni crecían con tanta rapidez en mi interior.

***************

Íbamos los tres en el coche, mi padre conducía, parecía cansado y triste, yo iba de copiloto evitando a toda costa mirar por el retrovisor donde sabía que encontraría a mi hermano.

Atthaphan miraba por la ventanilla mientras lágrimas silenciosas escurrían por sus mejillas, lo escuché hipar un par de veces, llevándose el puño cerrado a la boca apretando con fuerza para intentar controlar el llanto.

Aquello me encogía el corazón de una manera que no conseguía entender, mis ojos brillaban reteniendo un mar de lágrimas que querían hacer dúo con las del pequeño.

FARCE [OFFGUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora