Sin miedo al éxito

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Después de un rato llegaron. Entraron al estacionamiento y se acomodaron frente a la recepción. Estuvieron un rato inmóviles hasta que Nicole habló.

—¿A caso no piensan bajarse? —dijo la pelinegra.

—¡Qué vergüenza! —le respondió la rubia con el rostro entre las manos.

Iván pasó su cuerpo por entre los asientos delanteros y a como pudo la abrazó.

—Te vas a ir al cielo de lo buena que eres. —Intentó reconfortarla el chico.

Quitándose las manos del rostro dijo.

—Para que veas cuanto te amo —dijo la rubia abriendo la puerta— Hagamos esto de una vez por todas.

Con las palabras de Daniela, Iván no pudo evitar recordar algo.

En cuanto Iván les había mandado mensaje, Nicole tomó las llaves de su coche y pasó a buscar a Daniela. Cuando ambas estuvieron juntas llegaron a casa del muchacho a una velocidad sorprendente. El chico estaba sentado en la banqueta frente a la puerta de su casa. Se notaba desde lejos que había estado llorando. Las chicas se bajaron y se sentaron una a cada lado de él.

—¿Qué pasó cariño? —dijo suavemente Nicole mientras le frotaba la espalda.

—Les dije, por fin les dije —dijo él entre sollozos.

—Eres tan valiente Iván y tan fuerte —dijo Daniela y le besó la cabeza.

—¿Te hicieron algo? —preguntó preocupada la pelinegra mientras que buscaba algún indicio de agresión.

—Además de gritarme no —dijo el muchacho.

Por un momento ninguno habló. Las chicas no lo orillaron a entrar en detalle porque ambas sabían que era algo muy reciente. Si en un futuro él quería contarles más ellas estarían dispuestas a escucharlo.

—Escucha bien Iván tú eres un chico maravilloso y si ellos no lo pueden ver es su problema. No intentes cambiar ni por ellos ni por nadie, las personas que te aman te amaran tal como eres. Yo te amo tal como eres y Nicole también te ama tal como eres —expresó serenamente Daniela.

—Ella tiene razón, te amamos Iván —le dijo dulcemente Nicole.

Y entonces ambas lo abrazaron y con esas palabras y ese abrazo Iván supo que todo iba a estar mejor.

La rubia y el chico se bajaron del coche y caminaron hacia la recepción del hotel. Detrás del mostrador se encontraba un chico que aparecida tener solo unos cuantos años más que ellos.

—Buenas tardes bienvenidos al hotel "Escondido" —dijo el trabajador muy profesionalmente.

—Buenas tardes necesito una habitación doble si es tan amable —solicitó Daniela, ofreciendo una sonrisa educada.

—Con jacuzzi, por favor —agregó Iván.

El recepcionista puso una sonrisa burlona y se volteó para tomar una llave.

—Habitación 69 —dijo aun con esa expresión en la cara.

—¿Cuál sería el precio a pagar? —preguntó la rubia un poco incomoda pues ya había descifrado la mirada del joven.

—$750 pesos señorita —respondió el empleado.

Entonces ambos sacaron sus carteras, Iván puso el dinero sobre el mostrador y Daniela su identificación.

—Aquí tiene —dijo Iván.

El joven le dio las llaves de la habitación y volvió a poner esa horrible sonrisa.

—Que lo disfruten —dijo con un tono que denotaba su doble intención.

Los chicos se voltearon y comenzaron a caminar hacia su amiga que había observado la escena desde su posición; recargada sobre su coche.

—Es un idiota. —Movió los labios la rubia mientras sin poder evitarlo ponía los ojos en blanco.

Nicole no puedo evitar reírse un poco. Cuando la rubia llegó a donde estaba su amiga la golpeó en el hombro y le dijo.

—¿De qué te ríes? —Se notaba un leve enojo en la voz de Daniela.

—Si supiera quien va a disfrutar —soltó la agredida junto con otra risa.

Al escucharlo Iván se sonrojo. Los tres no pudieron evitar reírse. Después de eso, se dirigieron a la cajuela del auto, la abrieron e Iván bajo una maleta. Cerraron la cajuela y se despidieron.

—Que lo disfrutes —le dijo Nicole pícaramente al chico.

—Ja ja—rio Iván con sarcasmo.

—Ya fuera de bromas, pásatelo bien amigo —dijo sinceramente Dani.

El muchacho sonrió y atrajo a sus amigas a un fuerte abrazo.

—Las quiero chicas, no sé qué sería de mí si nos las hubiera conocido —les dijo a sus amigas.

—Yo también te quiero, sabes que eres como el hermano que nunca tuve, ambos —expresó Nicole—, bueno los tres —mencionó refiriéndose a su amigo, quien seguro ya estaría en el campo.

—El sentimiento es mutuo —dice sonriente Daniela.

Se separaron del abrazo y cada uno emprende sucamino. Iván tomó la maleta y entró al hotel mientras las chicas suben al auto,para seguir con su camino.

Love's day ✓Where stories live. Discover now