The Sway House - Griffin Johnson [Completa]

veintisiete

Día 5 de cuarentena en Sway House

—No puedo creerlo.—dijo Nick mientras las gotas de lluvia caían sobre nuestras cabezas.

—Voy a asesinarte Bryce. Lo juro.—hablé mientras veíamos como los bomberos apagaban el fuego de la casa.

—Todo culpa de Kio.—Kio lo miró mal.—¡Lo siento! Quise hacer un acto de bondad y no salió como lo esperado.

—¡En serio! ¡Quien olvida las pizzas en el horno junto a un trapo! ¡Un trapo, Hall!—le gritó Anthony estresado.

—Y no solo eso. ¡Explotó!—Josh casi que arrancaba su cabello. Bryce comenzó a reír y todos lo miramos con ganas de asesinarlo. ¡La casa se estaba incendiando! ¡Qué era lo gracioso!

—Admitan que es gracioso.—lo miramos mal y poco a poco fue borrando su sonrisa.—¿No?

Por más que todo el mundo diga "que divertido sería pasar una cuarentena con los chicos" ¡Juro por lo que quieran que estamos a punto de matarnos! ¡Hasta el perro está en cuarentena! ¡El perro! Sé que no siempre sucede esto, normalmente los extraño... ¡Pero normalmente salimos y tenemos un respiro de nosotros!

—Pueden entrar. Por suerte no se dañó nada. Solo la cocina, tuvieron suerte.—nos dijo un bombero. Nick asintió intentando no llorar. Entramos en la casa y todos comenzaron a hacerlo.

—¡Quiero salir a correr!—gritó Josh.

—¡Quiero ver a Avani!—lo siguió Anthony.

—¡Quiero respirar aire libre!—esta vez fue Kio.

—¡Quiero caminar normal! ¡Quiero irme de vacaciones! ¡Quiero que mi novio por un día pueda quedarse en mi casa! ¡Todos queremos algo!—les grité.—¡Pero Griffin está haciendo guardias, Anthony tienes videollamada, Kio tienes las ventanas y Josh puedes correr por la casa o el jardín! ¡Dejen de llorar como niñitas y pónganse a secar la casa ahora!—todos me miraron con miedo y comenzaron a limpiar.—Diablos, no es fácil ser Nick.

Día 9 de cuarentena en Sway House

—Uno, dos, tres...—contaba con mis pies sobre la espalda de Jaden.

—¿Y crees que es momento de que le pida volver?—me preguntó volviendo a hacer lagartijas.

—¿En cuarentena? ¿En serio?—le pregunté irónica mientras pasaba la hoja de mi revista.

—¿Sabes que puede durar más de 15 días?—rodé mis ojos y dejé la revista a un costado.

—Bien, escucha.—se iba a parar pero no detuve.—Escucha, no pares, idiota.—suspiró y volvió a hacer lagartijas.—Si en serio crees que es hora de volver, hazlo. Si ya solucionaste tus problemas y crees que es momento, creo que pueden solucionarlo.