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Cuando Fingon se encontró cara a cara contra el señor de los Balrogs, supo de inmediato que ya no habría otro día para él.

Pero no se acobardó aunque tuvo mucho miedo, sus piernas temblaron, pero mantuvo firme su espada porque por su mente corrieron todos esos buenos recuerdos que tuvo con amigos y familiares.

Si tuviese que morir otra vez por ellos, no lo dudaría y lo volvería a hacer.

Si tuviese que morir otra vez por ellos, no lo dudaría y lo volvería a hacer

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Middle Earth headcanonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora