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[Antes de que comiences a leer, la siguiente parte es algo supongo que +18, así que si no te agrada eso baja hasta el separador que hay después de ésta parte, gracias]

El aire estaba mucho más caliente que un señor treintañero soltero al ver fotos Maribel Guardia, se escuchaban quejidos, golpes y rechinidos dentro de la habitación de Bolivia, Chile se había quedado con el por la cuarentena, pero al parecer con todo lo que estaba sucediendo Chile no dejaba el deseo y la lujuria detrás suya, aprovechaba que ahora estaba más tiempo con el boliviano para hacerlo sentir en las nubes, ilusionarlo como nunca y después botarlo como una goma de mascar después de perder su sabor.

-¡Ah!, mierda... ¿Cómo es que puedo seguir disfrutando esto?- Bolivia abrazaba una almohada con bastante fuerza, se movía de su sitio cada vez que Chile daba una nueva estocada, lágrimas salían de sus ojos, estas ayudaban bastante a refrescar sus mejillas ruborizadas y que además estaban ardiendo.

-Es lógico, pequeñín, me amas- En realidad las palabras de Chile no eran nada lógicas, pero para el menor claro que lo eran, disfrutaba esos movimientos que lo hacían pedir más y más hasta sentirse satisfecho, nunca llegó a saber que Chile fuera así, con razón Argentina comenzó a tener cierto gusto por él, era un papucho, viril y encantador, no todo el tiempo se llegaban a conseguir hombres como él, Bolivia vaya que estaba encantado por tal país.

Chile no dejaba de embestir al muchacho, esa figura que tenía lo volvía loco, pero sabía que había mejores, este muchacho solamente era una probadita del verdadero placer, que claramente conseguiría con otra persona mucho mejor. Con una mano lo tomaba del cuello y apretaba éste con bastante fuerza, notó que la rudeza le encantaba al boliviano, con la otra mano masturbaba al menor con rapidez, esos quejidos tan dulces que soltaba le encantaban, daría todo lo que fuera por escucharlo más, y más.

-¡Cielos!, ¡No te detengas!- Los dos estaban a punto de venirse, y al hacerlo sintieron tanto placer. Se miraron, los dos sonreían, ¿Por qué?, ninguno de los dos se había dado cuenta de lo que hacían en ese instante, acercaron sus rostros y juntaron sus labios, ese era un beso, no un beso de esos lujuriosos para volver a entrar en calor, era un beso tierno, del cual ya ninguno quería separarse.

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-¿Saben?, cepillar estas pelucas todas las noches se está volviendo tedioso- Admitió México mientras se retiraba la peluca de su cabeza, se cruzó de brazos y suspiró con molestia.

-Boy, you need talk with Argentina- Sugirió Canadá mientras le entregaba las pelucas a USA para que las guardara en donde correspondía, eso hizo el estadounidense, guardó las pelucas mientras se sentaba en su respectiva almohada en el suelo de su habitación.

-¿Qué crees que he intentado hacer durante todo éste tiempo?- A México la verdad le preocupaba bastante lo que estaba sucediendo entre su pareja y él, de un momento a otro se creó un muro entre ellos, el mexicano no entendía porqué había pasado eso, estaban bien, pero por alguna extraña razón todo dejó de estar bien, lo contrario de bien, todo estaba bastante mal.

Ya había intentado de todo el mexicano, llegó a mandarle algunas cartas por correo, hasta intentó enviar cartas con una paloma mensajera que Perú le dio, le mandó varios mensajes de texto, llamó muchas veces tanto como a su número del móvil como al número de su casa, todo sin respuesta, fue a sus casas varias veces, nadie le atendía, ¿Qué había hecho mal el mexicano?, él estuvo todo el tiempo en casa, nadie llegó a visitarlo, nunca bebió nada en su ausencia, procuraba comer saludablemente, hacía todo bien. Pero... Aún con todo eso, México sentía que era su culpa, tal vez Argentina se dio cuenta de algo que ni México sabía que estaba haciendo mal, esa sensación de culpa lo consumía cada vez que llegaba a pensar en el porqué sucedía todo eso, se imaginaba las peores cosas, los peores escenarios, se sentía pequeño ante todas emociones negativas que ahora mismo tenía.

Un momento antes de que los dos de habla inglesa dijeran algo México rompió el llanto, comenzó a llorar incontrolablemente, sollozos, lágrimas, algunos lamentos, el mexicano estaba completamente inestable, solamente que no quería demostrarlo, quería ser fuerte, pero ya desde hace mucho que tenía esa sensación terrible, un nudo en el pecho y en la garganta incómodos para él, solamente quería desahogarse, con alguien, quién fuera no importaba, quería decir cómo se sentía, su corazón estaba ahora en dos partes, ¿Cómo es que alguien como Argentina lo podía poner así de lamentable?, se sentía un fracaso total, nunca llegó a sentirse así de mal. No dejó de llorar, Canadá y USA intentaban preguntarle qué sucedía, pero cada vez sus sollozos y sus lamentos subían el tono, el canadiense comenzó a llorar, le ponía triste ver a su amigo en ese estado, nunca lo había visto tan roto, estaba hecho pedazos completamente, cada lágrima que salía de sus ojos lo hacía ponerse aún más mal, lo abrazó con toda su fuerza y los dos continuaron llorando.

USA algo confundido intentó tranquilizar a los dos, parecían dos niños haciendo berrinche por algo que querían, dos hermanos intentando convencer con lágrimas y facciones tristes a su padre para que les comprara ese juguete que tanto deseaban, no tuvo más opción que abofetear a los dos para que de una vez dejaran de llorar, todo se quedó en silencio gracias a él, suspiró y les miró molesto.

-¡¿Que les sucede hijos de puta?!, sin ofender Canadá. ¿Por qué lloran así de la nada?, yo no quiero volver a esos tiempos donde tenía que hacer que mis hijos dejaran de llorar, ya no estoy en esas condiciones- Les entregó dos pañuelos a sus contrarios para que pudieran secarse las lágrimas, sus mejillas estaban completamente húmedas, parecía que se habían drogado de tanto llorar, tenían los ojos bien rojos, al igual que sus mejillas, estaban más chapeados que el gusanito de la feria.

México intentó explicarles por qué había comenzado a llorar así de la nada, pero con tanto sollozo no podía hablar bien, intentaba decir algo y era interrumpido por un sollozo.

-Poor México, he needs support- Canadá volvió a abrazar a México mientras miraba a su hermano, quería que él también se uniera a ese abrazo para que el menor se sintiera mucho mejor. USA no tuvo de otra más que abrazarlo, así a lo mejor el más pequeño se tranquilizaba, ahora sí que se sentía como un padre. Por alguna extraña razón le comenzó a gustar ese abrazo, era tan cálido y reconfortante, el ambiente se sentía mucho más tranquilo, los tres estaban tranquilos y felices, gozaban de esa compañía que se hacían mutuamente. México suspiró, se sentía mejor gracias a los dos muchachos, lo dejaron de cuestionar y solamente lo abrazaron, sin decir nada, en ese momento le agradaba la presencia de USA, nunca llegó a pensar que le agradaría su presencia, tal vez durante todo el tiempo que estuvieron los tres juntos establecieron un tipo de amistad bastante fuerte, era algo bonito verlos así.

-¿Nos dirás qué sucede taquito?- Los dos le sonrieron con sinceridad al mexicano, haciendo que se sintiera con más confianza. 

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[Gracias por leer😔✨]
[Espero que te haya gustado esta actualización, la verdad es que lo de México lo escribí con verdadero sentimiento, aH-😔]

¡Funcionó El Agua De Calzón! MexArg temporada 1Where stories live. Discover now