II

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Freya estuvo alrededor de media hora guardando sus últimas cosas para ir a Hogwarts. Su lechuza Astra estuvo en su jaula en todo momento mirándola con atención.

Su hermano la había despertado con agua a las seis y media de la mañana, no sabía porque la despertaban a esa hora, cuando el tren salía a las once y media a.m.

La ducha con agua fría duró media hora, luego de cepillar sus dientes y de cambiarse salió de su habitación directamente al primer piso.

Una hora después Freya se encontraba desayunando junto a su hermano, mientras que la elfina Felicia estaba a un costado del comedor esperando alguna orden de sus amos.

―Aún no sé porque tenemos que despertarnos a estas horas. ―se quejó la rubio fresa.

Evan no tenía el cabello rubio fresa como su madre o su hermana menor, tenía el mismo color de cabello que su padre, entre rubio y marrón, sus ojos eran avellanas como los de su madre, era tan alto que dejaba en vergüenza a Freya.

―No seas una llorona. Y es mejor que te acostumbres, en Hogwarts tendrás que levantarte tempano todos los días.

―Aún faltan cuatro horas para irnos, Evan. ―espetó mirándolo mal.

En las horas restantes, Freya se había encargado de bajar sus cosas al primer piso con la ayuda de Felicia. Todos en la casa ya estaban listos para partir, ambos hermanos Rosier tenían sus maletas listas para ir al andén 9¾.

―Rápido, no quiero demorar tanto.

La mansión Rosier se encontraba en Dorset, un condado de Inglaterra, tenían tanto mundo mágico como de muggles, familias conocidas vivían a unos kilómetros de ellos, como los Carrow, los Rowle y los Avery. El año pasado usaron la chimenea de la mansión para ir a la mansión Lestrange (la cual se ubicaba en Londres) para ir a la estación King Cross.

Veinte minutos después de haber llegado a la mansión Lestrange, los Rosier y los hermanos Lestrange se fueron juntos a la estación King Cross. Delante de todos iban Alec y Evan hablando mientras empujaban sus carritos, detrás iba Freya mirando a la gente a su alrededor (quienes los miraban como si estuvieran locos), detrás de ella iban sus tíos Rodolphus y Rabastan, y detrás de ellos, el matrimonio Rosier.

Su hermano y su tío se detuvieron entre las plataformas 9 y 10, primero fue su tío Alec, el niño comenzó a correr y atravesó la barrera. Posiblemente Freya se habría sorprendido, pero ya lo había visto anteriormente. Evan le siguió.

Freya se puso en posición para seguir los pasos de los otros dos, tomó aire y luego de eso comenzó a correr. Sabía que no le pasaría nada, pero no pudo evitar cerrar los ojos cuando el muro estaba a menos de un metro de distancia.

Un mundo pasó al otro, el expreso de Hogwarts estaba lleno de magos, padres, hijos, todos despidiéndose de sus familias, algunos hijos de muggles de primer año veían con admiración la locomotora roja.

―No quiero una carta que diga sobre su mal comportamiento. ―dijo la voz de su padre a sus espaldas, llamando la atención de los hermanos Rosier y de Alec.

―Sí, padre.

Sin nada más que decir, ambos se fueron de ahí pero en diferentes direcciones.

Freya entró al tren con sus cosas y comenzó a buscar un compartimento desocupado, parecían que todos estaban llenos de chicos locos que sacaban la cabeza por la ventana mientras se despedían a gritos.

Cinco minutos después encontró un compartimento vacío, se apresuró en dejar sus cosas en los asientos y la jaula de Astra sobre ellas.

Minutos después, la puerta de su compartimento se abrió de golpe dejando ver a una niña que parecía ser de su misma edad y podría ser un poco más alta que ella. Su cabello era de un castaño oscuro, tenía pequeñas ondas y le llegaba por su cintura, tenía unos preciosos ojos de color marrón. Por la actitud de la niña al abrir la puerta, Freya supuso que estaba enojada.

𝚂𝚎𝚛𝚎𝚗𝚍𝚒𝚙𝚒𝚊 | 𝚂. 𝙱𝚕𝚊𝚌𝚔 *cancelada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora