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Despertó gracias a dos voces femeninas que se escuchaban en la enfermería. Abrió sus ojos de manera perezosa, una cabellera roja se encontraba a unos metros de distancia y frente a ella se encontraba Madame Pomfrey.
―Por favor Madame Pomfrey, la necesito.
―Por merlín niña, has tomado la poción cuatro veces esta semana.
―Será la última vez, se lo prometo. Necesito dormir.
Reconoció la voz de Rowan Carson, se sentaban juntas en runas antiguas. Muy pocas veces había interactuado con ella, la Ravenclaw parecía no confiar en ella, y Freya la entendía.
Cuando Freya pensó que Madame Pomfrey le negaría la poción a Carson, la mujer habló.
―Ponte en una camilla, iré por la dichosa poción.
La mujer se alejó a pasos rápidos de ahí, Freya supo que Carson se había tumbado en la camilla que se encontraba a su derecha.
―¿No puedes dormir? ―preguntó Freya causando un susto en la pelirroja.
―No.
―¿Qué hora es?
―Pasado las cuatro y media.
Había pasado cinco horas desde que fue a las cocinas con Sirius, y Freya aún no podía creer que tuvo una conversación sin insultos con él.
―¿Qué haces aquí?
―Un accidente. ―respondió Freya, se perdió en sus pensamientos durante unos largos segundos, recordando lo ocurrido en la sala de menesteres. ―¿Qué causó tu insomnio?
Rowan la miró sin dar créditos a lo que escuchaba, si algo sabía de Freya era que no soportaba a los hijos de muggles.
―No me burlaré si es lo que piensas.
―Mi hermana mayor me odia solo por ser una bruja.
―Tal vez tu hermana tiene celos de que seas una bruja, y ella es completamente aburrida.
―Una vez me dijeron lo mismo.
―Es porque estamos en lo correcto, no te dejes humillar más, no vale la pena. Ella no lo vale.
―Ella no es la razón de mi insomnio. ―dijo dejando a Freya confundida. ―Es por todo lo que sucede en estos tiempos, los hijos de muggles están en peligro y nuestros padres también, he tenido pesadillas de que mi familia es atacada por mortífagos.
―Es tu miedo lo que causan tus pesadillas, temes quedarte sola. Lo entiendo, yo tengo una hermana menor de casi cuatro años, y he tenido pesadillas en donde la pierdo, o muere en mis brazos. Nuestros miedos juegan con nosotras, no dejes que ellos se apoderen de ti.
