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Con la punta oxidada del clavo, corto la carne, separandola en un movimiento. Una larga línea carmesí pasó sobre el ojo de Mephisto, palpitante y dolorosa, el hombre pego un grito. Loki lo empujó con fuerza y se levantó de la cama.

Corrió a la puerta, sintiendo como el hombre se volvía poner de pie. Cerró la cela y se alejo cuando las manos desesperadas por venganza de Mephisto atravesaron los espacios entre los barrotes.

—¡Sacame de aquí! —le ordenó el hombre. Loki se alejo, exaltado, asustado. Corrió a la celda vecina —oye—

Una cabeza blanquecina se asomo, la joven se mostró con el rostro arrugado y esquelético.

—corra—le aconsejo. Los gritos de Mephisto le helaban la sangre —¡corra! —

Loki miró detrás de él, asustado se alejo apresurado a las escaleras, cruzo los pasillos encontrándose cara a cara con el imponente sol.

Se vio cegado ante tal resplandor, parpadeo un poco, temblando ante el tibio toque. Corrió con más fuerza, apresurado por salir del castillo.

Salió por la salida sur de la Torre, aún lado de la entrada principal al castillo, encontrándose con los guardias.

—¡Detenganlo! — gritaron desde las escaleras.

Llegó al centro del palacio, viendo a los guardias agrupandose y corriendo hacia el. Vio la salida del agua sucia. Sin dudarlo, Corrió y se deslizó por esta, cayendo en las aguas negras.

Soltando arcadas tiro el agua que había tomado al caer de golpe. Arrastrando sus ropas viejas y ahora apestosas avanzó por la gran zanja.

Desesperado, y luchando contra la gran cantidad de aguas negras llegó al final del túnel. Ahí una gran pendiente y una fuerte cascada le daba la bienvenida.

Soltó todo el aire que había contenido, y miró a las aguas turbulentas y violentas. Respiro entrecortado, levantando sus ropas, se lanzó a las temible aguas sin saber que sería de él después, pero cualquier cosa era mejor que terminar en manos de la reina.

Mephisto envio a los soldados tras el.

Loki nado, intentando luchar contra la corriente. Se aferro con su vida a las primeras rocas que pudo ver. Arañando las piedras con sus uñas logró lentamente estabilizarse y luchar contra los golpes del agua.

Las aves del castillo parecían guiarlo. Pues inquietas revolotiaron cerca de las rocas más altas, con sus cantillos parecían animarlo a seguir. Loki agotado, subió por las rocas, desvalandose y cayendo contra estas, logró alcanzar a las aves por un largo túnel hasta un  gran caballo blanco recostado en la arena.

El príncipe del invierno se acercó lentamente al animal. Ese corsel era tan dócil que le permitió acercarse y tocar su melena albina. Trepó sobre el y el caballo hecho a andar. No entendía porque, pero sentía que los dioses lo guiaban a un mejor porvenir.

Pasaron el pueblo más cercano, los habitantes parecían querer rodearlos con sus armas. Flacos, muertos de hambre, levantaron dagas. Loki hecho a andar el caballo, esperando que aumentará la velocidad y lo sacara de ahí.

No tardo en escuchar los golpes de los cascos de los soldados sombras muy cerca.

En medio del bosque oscuro, con su caballo corriendo a toda velocidad, llegaron aúna zona pantanosa. El caballo de Loki quedó atascado en Arenas movedizas. Loki lucho por sacarlo, el animal asustado relinchaba advirtiéndole del peligro que se acercaba.

Los soldados de sombras aparecieron, sus caballos relinchaban al sentir el inestable terreno. Loki trataba de ayudar a su corsel, pero el corsel le daba patadas con sus cascos, alejándolo.

Loki quería gritar de frustración, levantándose del fango corrio lejos, cruzando la zona pantanosa.

Corrió hacia el bosque. Un bosque muerto, lleno de neblina y terreno engañoso.

Se tropezó son las ramas y cayó en el suelo, enterrando se aún más en el lodo, lucho por levantarse, sintiendo la gruesa y nauseabunda neblina entrar por su boca en su intento de poder respirar.

Se arrastró por los terrenos, intentando alejarse, se sostenía de la tierra.

Sus manos tocaron algo repulsivo, algo frío. Levantó la vista encontrándose con las aves muertas entre sus manos. Los gusanos se movían debajo de sus dedos, devorando los ojos de las aves. Loki se alejo, retrocediendo hasta que su espalda chocó con un arbol.

Enterró fuertemente sus dedos en la vieja corteza, raspandolo con sus uñas, se ayudó a sí mismo a levantarse, exalaba el aire putrefacto del bosque oscuro, sintiendo su cabeza dar vueltas, su estómago amenazaba con regresar la bilis. Con las piernas temblando, exaltando fuerte logró volver a estar de pie.

Tambaleante, ahogándose en el aire a muerte avanzó por el bosque. Casi llegando a pensar que su mente se venció a la locura cuando logró ver las figuras expectrales del bosque oscuro que a más de uno habían robado el alma.

Cayó de nuevo al suelo, sin entender porque sus piernas no querían continuar, su cara fue contra la tierra mojada, posó sus manos en el suelo y sintió los gusanos y cucarachas subir por sus dedos. Se levantó con toda la rapidez que pudo.

Con todas las fuerzas que tenía avanzó por el bosque, viendo a las figuras espectrales seguirlo. Aterrado buscaba refugio detrás de cada árbol seco, pero estos movían sus ramas tratando de tomarlo por el cuello.

Muercielagos salían y lo envolvían en un baile catastrófico del que el no deseaba ser parte. Las ratas que comían los cadaveras corrían a sus pies para morder, obligándolo a dar saltos y alejarse más y más a quien sabe donde.

Creaturas  aterradoras sin ojos pero si con grandes bocas y afilados dientes se asomaban cerca de él, abriendo sus alas de murciélago, obligándolo a avanzar. Podía sentir a las Creaturas pisarle los talones.

Desesperado en la tercera caída no tuvo fuerza para continuar, no pudo volverse a levantar. Solo escuchaba las voces lejanas de ultratumba cada vez más y más cerca.

Respiro al fin lentamente, creyendo que de esta no saldría, sintiendo el cansancio provocado por el envenenado aire. Se dejó llevar, mirando por última vez a las sombras de las creaturas del infierno, sintiendo la tierra humada bajo su cara, bajo sus palmas.

Cerro lo ojos.

Blanca NievesWhere stories live. Discover now