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ㅡ Voy a salir, no me vayas a esperar despierto hoy, volveré tarde. — musitó Yoongi, tomando su chaqueta de cuero entre sus manos para luego ir colocándosela a medida que caminaba hacia la puerta de salida de su casa, deteniéndose justo frente a una mesita acomodada al costado de la entrada, ya que ese era el lugar donde siempre dejaba las llaves de su querido audi.
Simplemente comenzó a tantear sobre el pedazo de madera, su mirada se tornó a una de completa confusión en cuanto no pudo localizar las llaves de su coche, sus cejas de fruncieron y en sus delgados labios un puchero se hizo presente. A kilómetros se podía afirmar lo mimado que era.
— ¿Buscas esto acaso? — la voz de su padre se hizo presente a sus espaldas, haciéndolo girar sobre sus talones en cuanto el sonido de unas llaves hicieron eco en sus oídos, su expresión cambió a una completamente seria luego de haber tragado saliva duramente, sus manos se cerraron en puños y trató de controlarse respirando lento.
Min podía ser la persona más temperamental que alguna vez puedas conocer en tu vida, y si no fuera su mismísimo padre quien ahora sostenía las llaves de su precioso audi, se hubiera tirado sobre él para conseguirlas y luego salir de allí sintiéndose todo un ganador, con el ego tocando el cielo y mucho más allá de el.
— Lo siento, hijo, pero hoy no puedes salir..
— ¡¿Pero por qué no?! — su entrecejo volvió a fruncirse mientras que mandaba su postura al carajo en cuanto aquél chillido salió de sus labios, dejando que el berrinchudo puchero se instale en sus labios una vez más.
Dios.. ¿qué es lo que el señor Min había hecho mal para tener a un hijo tan testarudo y mimado? Yoongi contaba con diecinueve años hasta el día de hoy, ¿por qué no podía comportarse como tal? Sinceramente, estaba replanteándose la idea de heredar su empresa a su querido hijo, tenía personas de confianza que podían reemplazarlo con facilidad, amigos de toda la vida que, por supuesto, aceptarían su puesto sin poner un pero.
Solo que, eso no era lo que el padre de Yoongi había planeado, él deseaba que la empresa siga siendo reconocida por llevar el apellido "Min" en ella, no podría simplemente dejar a cargo a alguien más que no fuera de la familia, y es por eso que estuvo pensando en dejárselo todo a su hijo cuando este cumpliera los veintitrés años de edad, o bueno, cuando viera algún cambio en la madurez de su hijo.
Y el señor Im tenía todo absolutamente planeado, era su última opción y estaba más que seguro de que va a resultar. Todos dicen que las mascotas son una gran responsabilidad, tener una implica prestarle cuanta atención te pida, enseñarle a ir al baño y limpiar sus mierdas cuando las va dejando por ahí, comprarle alimentos y verificar si tiene suficiente agua, bañarlo y tal vez enseñarle algunos trucos.
Pero no, el señor Min tenía algo mucho mejor bajo las mangas.
Al ser un señor bastante reconocido, tenía muchos contactos, eso era algo que nunca podría faltar en alguien como él, y bueno, simplemente le daba un buen uso, en este caso él consideraba que había hecho mucho más que un "buen uso" de eso. Resulta que conoce a alguien que trabaja en la una compañía llamada "The Cutest Hybrid EVER" en Japón, había estado en contacto con ellos una semana antes, y había ofrecido una buena suma de dinero si es que le hacían un envío especial hasta Corea.
¿Ya ven? El dinero lo soluciona todo.
El señor Min había decidido adoptar un híbrido para su hijo, porque pensaba que sería un reto para su hijo poder mantenerlo, y no tenía dudas de que Yoongi iba a quedar encantado con el pequeño en cuanto lo viera. ¿Cómo era ese dicho? ¿Siempre cuidas lo que amas? Como sea, su plan no podía fallar ni por nada en el mundo.
Le habían dado algunos datos sobre el cute hybrid que iba a ser enviado hasta la puerta de su casa justo ese mismo día, sin embargo, él no había prestado la atención necesaria a esa importante información. Según él, retuvo solo lo más importante.
Bunny!Hybrid: Kim Taehyung.
Edad: 16 años.
Y listo.
Simplemente había dejado de escuchar en cuanto la chica detrás del teléfono comenzó a hablar de más, el cute hybrid vendría con sus propias instrucciones después de todo, ¿qué tan malo podría ser?
— Te tengo una sorpresa, así que no puedes salir hoy, tendrás que esperar a que llegue.
Increíble.
Yoongi odiaba las sorpresas.
Prefería que le regalasen dinero o algo por el estilo, era muy quisquilloso cuando se trataba de esas cosas, y estaba más que seguro de que la sorpresa que su padre tenía para él no sería de su gusto. Un bufido atravesó sus labios.
— Papá-
— Y si quieres heredar la empresa familiar, deberás obedecer.
— Ya, pero-
— La sorpresa llegará en dos horas.. Y me quedaré con eso hasta mañana por la noche. — sonrió, mostrando las llaves del coche de Yoongi, soltando una carcajada en cuanto vio como las manos de su hijo volvían a cerrarse en puños. — Te encantará, cree en mi.
