Reemplazo

Capítulo Uno

Kimetsu No Yaiba no me pertenece, es de Koyoharu Gotōge.

Yo solo uso sus personajes... Vivos.

Maridaje: Giyuu x Kanao, Tanjikana y GiyuShino implícito.

Summary: Ambos son dos almas incompletas, dos corazones rotos, ambos son...

El Reemplazo del otro.

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  ~Reemplazo~

—¡Tomioka-San!—Gritó una voz. El eco resonante la hacía parecer tan lejos, Giyuu no estaba seguro si estaba cuerdo en ese momento. Suficientemente ebrio para pensar con claridad.

—¡Tomioka-san!—Se escucho de nueva cuenta. El pilar se tomó la cabeza con una mano, rezando para que no se estuviera volviendo loco.

Esa voz, esa voz. se repite, lo atormenta.

Apretó los dientes ante el inminente recuerdo, ante la imagen clara y lúcida de la mujer de ojos Morados. Su infame sonrisa y fastidiosa voz resonaban en su cabeza y hacia doler su corazón.

Nunca pensó en cuanto la extrañaría.

—Tomioka-San— Giro la cabeza ante el toque suave a su lado, aclarando su borrosa vista detectó a la voz del mundo real, de su cruel mundo.

—Tomioka-San, ¿Estás bien? Haz bebido mucho— Le sujetó una voz suave, distinta a la de sus pensamientos. A su lado una chica de ojos púrpura lo mira preocupada. Sus ojos más opacos de lo que recuerda. El solo asiente desinteresadamente. No le importa eso ahora.

Kanao lo mira sabiendo que no estaba bien, no, nadie está bien. Sabe que la forma desprovista de emoción que solía ser el pilar del agua padece de lo mismo que todos aquí.

El dolor de la pérdida.

Es que nadie se a salvado de perder a alguien querido, treinta y un noches han pasado desde aquel momento.

El amanecer del fin.

Los cazadores ganan, pero no hay guerra que no traiga dolor, al final de la batalla no se grita de gozo, se lloran las pérdidas. Ella casi desea que fuera una ilusión, pero sabe que no lo es. Tantas noches como las que Giyuu se embriaga son las mismas en las que ella llora, en silencio. No queriendo preocupar más a las personas, asintiendo por inercia a su palabras. Deambulando por los pasillos de una melancólica finca.

Mira a Giyuu de nuevo. El pilar no ha soltado la botella de Sake desde hace un mes. No encontrando manera aparente de superar su dolor, se empeña en olvidarlo todo en una noche y a la mañana siguiente volver a empezar. Ella no es quien para decir, ella tiene sus formas de lidiar con la tristeza.

Tomioka la ve de soslayo, esperando que se marche, nunca a sido de hablar y espera que el silencio le de su respuesta. Aún faltan horas para el maldito amanecer. El estúpido sol siempre tarda mucho en aparecer, desapareciendo cuando más se le necesita.

'Nos parecemos' , piensa con amargura. Siempre llegando tarde, jamás estando cuando se le necesita.

Kanao se levanta y Giyuu suspira, silenciosamente agradecido de que entienda. Toma otro trago, el Sake le quema la garganta pero no tanto como el dolor que aqueja su corazón. Escucha los pasos alejarse y se siente un maldito desgraciado al percatarse de que Kochou tenía razón.